La Comisión Europea (CE) autorizó hoy sujeta a condiciones la fusión entre American Airlines, tercera aerolínea de Estados Unidos, y la también estadounidense US Airways, que dará origen a la mayor compañía aérea del mundo.

El Ejecutivo comunitario considera que la operación, anunciada el pasado febrero, no planteará problemas de competencia siempre que las compañías cumplan determinados requisitos, como la liberación de una franja horaria o "slot" diario en el aeropuerto de Heathrow (Londres).

Bruselas también exige a las aerolíneas que faciliten la entrada de competidores en la ruta Londres-Filadelfia (EEUU) para impedir un monopolio en ese trayecto.

"Estamos convencidos de que la dinámica competitiva se mantendrá para asegurar la variedad en la oferta y la calidad de los servicios aéreos de pasajeros en esta ruta", señaló en un comunicado el comisario europeo de Competencia, el español Joaquín Almunia.

La Comisión aclara que la operación planteada en un principio por las compañías no podría haber sido autorizada y explicó que si ahora la ha permitido es porque los compromisos ofrecidos por las aerolíneas hacen frente a las preocupaciones comunitarias en relación a la ruta Londres-Filadelfia.

En concreto, señala que existía un riesgo de que la compañía resultante de la fusión se situase en una posición monopolística con respecto a este trayecto, debido a que American Airlines y US Airways son los únicos operadores que ofrecen vuelos directos en esa ruta, como fruto de su acuerdo con British Airways e Iberia.

La investigación de la CE confirmó, por otro lado, que todas las demás rutas aéreas de estas aerolíneas siguen teniendo competidores lo suficientemente fuertes.

La empresa conjunta contará con una facturación de cerca de 40.000 millones de dólares (30.000 millones de euros) anuales, unos 94.000 empleados, 950 aviones, 6.700 vuelos diarios a 336 destinos en 56 países y un tráfico aéreo superior al de la hasta ahora mayor aerolínea del mundo, la también estadounidense United Continental.

La nueva empresa tendrá su sede en Fort Worth, en el estado de Texas (EEUU), y tomará el nombre de American Airlines, que ha puesto en marcha un "lavado de cara" integral de su marca, el cual ha ido desde modernizar su logotipo hasta los uniformes del personal de vuelo.