La rebaja de la deuda soberana de España e Italia volvió a encender hoy las alarmas sobre la crisis de deuda de la zona euro en Wall Street, que no pudo celebrar así los datos mejores de lo esperado sobre empleo en Estados Unidos relativos a septiembre.

El Dow Jones de Industriales, el principal indicador del parqué neoyorquino, cerró con un retroceso del 0,18 %, con lo que restó 20,21 puntos, un descenso que no fue suficiente para que perdiera la simbólica barrera de los 11.000 puntos -quedó en 11.103,12- que recuperó con la sólida subida del jueves.

Pese a ese descenso, el índice de referencia de Wall Street ha conseguido acumular un avance del 1,74 % durante esta semana, con lo que encadena dos ascensos semanales.

Algo similar ocurre con los otros dos principales indicadores de los mercados neoyorquinos: el selectivo S&P 500 perdió hoy el 0,82 %, pero en estos cinco días se ha revalorizado el 2,12 %, al tiempo que el índice compuesto del mercado Nasdaq bajó este viernes el 1,1 % aunque ha subido un 2,65 % semanal.

Esos avances en términos semanales se deben al rally de tres días que comenzó el pasado martes en Wall Street, cuando el diario británico Financial Times publicó que los ministros de Finanzas de la Unión Europea estudiaban medidas para recapitalizar la banca europea, lo que salvó al S&P 500 de cerrar en mercado bajista.

Desde entonces las medidas lanzadas por el Banco Central Europeo para ayudar a los bancos de la zona euro y los datos mejores de lo esperado que se han ido difundiendo en Estados Unidos consiguieron mantener el rally neoyorquino, que se había extendido a esta última jornada de la semana por los datos sobre empleo el pasado mes.

Pero esa tendencia alcista se vio interrumpida después de que la agencia de medición de riesgos Fitch decidiera rebajar la calificación que otorga a la deuda soberana de España e Italia debido a la intensificación de la crisis de deuda de la zona euro.

En concreto, la agencia rebajó en dos escalones la fiabilidad de España ante sus acreedores, desde AA+ hasta AA-, y la colocó bajo vigilancia negativa, mientras que en el caso de Italia la rebaja ha sido de un escalón, de AA- a A+, también con perspectiva negativa.

La noticia afectó principalmente al sector financiero de Wall Street, que se dejó en su conjunto un 2,11 % arrastrado por descensos como los de Morgan Stanley (-6,19 %), Bank of America (-6,05 %), Goldman Sachs (-5,35 %), Citigroup (-5,34 %), JPMorgan Chase (-5,19 %) o Wells Fargo (-3,27 %).

Ese sector ya se había visto afectado en el arranque de la sesión por la decisión de Moody's de rebajar las calificaciones de la deuda y los depósitos de 12 instituciones financieras del Reino Unido, entre ellas el Santander UK, el Lloyds y el Royal Bank of Scotland (RBS).

Así, el parqué neoyorquino no pudo dar continuidad a la celebración de la mañana por los datos de empleo que difundió antes de la apertura el Departamento de Trabajo, que constató que la economía estadounidense tuvo una ganancia neta de 103.000 puestos de trabajo en septiembre, muy por encima de lo previsto por los analistas, aunque la tasa de desempleo se mantuvo en el 9,1 %.

El desempleo en Estados Unidos ha estado por encima del 8 % desde febrero de 2009, el período más prolongado con una tasa tan alta desde que ese Departamento lleva registro, a partir de 1948.

De cualquier modo, los datos habían recibidos con alivio entre los inversores neoyorquinos, que se decantaron por las compras animados también por el final decididamente alcista de las bolsas europeas, que cerraron antes de conocerse las rebajas de Fitch: Milán ganó el 1,29 %, Madrid del 1,08 % y París del 0,66 %, entre otras.

Tras los descensos de este viernes, los inversores neoyorquinos esperan ahora al arranque de la temporada de difusión de resultados en Estados Unidos, que como cada trimestre comienza de manera extraoficial con la publicación de las cuentas del productor de aluminio Alcoa, que se conocerán el próximo martes.

Después de que el tercer trimestre fuera el peor trimestre de Wall Street desde la crisis financiera de 2008, los inversores tienen ahora puestas sus esperanzas en que los resultados empresariales puedan traer algo de luz al parqué neoyorquino en estos últimos tres meses del año