El nombre de ´electrodoméstico vampiro´ puede parecer divertido pero no lo es en absoluto. Existen y están a nuestro alrededor, mezclados entre nosotros y son uno de los más fieles generadores de ingresos de las compañías eléctricas.

La jugada es sencilla. Tan buena para las eléctricas como perjudicial para nuestro bolsillo. Poco a poco vamos llenando nuestra casa de electrodomésticos y aparatos electrónicos que nos van haciendo la vida más fácil... y más cara. Televisores, reproductores de DVD, ordenadores, teléfonos inalámbricos, impresoras, despertadores, cafeteras... ¿Quién no tiene en casa varios de estos aparatos eléctricos? Y aunque tenemos asumido que esta nueva dolce vita eléctrica tiene un precio –¡y menudo precio!–, no todo el mundo sabe que la mayoría de estos aparatos siguen ´chupando´ electricidad incluso cuando están apagados, cuando están en reposo, cuando se encuentran en modo stand by.

A pesar de esto la evolución de las diferentes tecnologías lleva consigo una evolución inversa del consumo energético. Por poner un ejemplo, un moderno televisor con pantalla LED gasta mucha menos electricidad que uno LCD –también de pantalla plana pero con algunos años más–. Y ni que decir tiene que los antiguos televisores de tubo catódico –esos que parecían armarios roperos– eran los reyes del despilfarro del kilovatio.

Pero aunque el consumo mientras funcionan se va reduciendo, llama la atención que nose consiga reducir a cero el gasto cuando están ´apagados´. Y es que muy apagados no deben estar cuando un monitor de ordenador gasta más de un euro al año en electricidad o cuando la impresora nos ´succiona´ casi siete euros más de nuestra cuenta corriente mientras ´no funciona´.

Dice el refrán eso de "tacita a tacita..." cuando en realidad debería decir "vatio a vatio" ya que nuestra factura eléctrica puede llegar a incrementarse en más de 50 euros al año –sí, han leído bien– por el mero hecho de tener muchos ´electrodomésticos vampiro´ en casa. Y en las casas con gran profusión de televisores la cosa se dispara del todo.

Pequeños gestos

Conseguir un buen ahorro de dinero para nuestra cartera y un gran ahorro de CO2 para el medio ambiente es solo cuestión de pequeños gestos, de unos sencillos "detalles de calidad".

Empezando por lo más cotidiano, podemos acostumbrarnos a apagar el televisor desde su interruptor, y no desde el mando a distancia. Estamos hablando de apagarla por la noche cuando nos vamos a dormir, que no es tanto trabajo.

Un ordenador en reposo –a muchos de nosotros nos da pereza apagarlo– nos puede llegar a salir caro ya que estamos hablando del propio ordenador más el monitor. Lo mismo podemos decir de la impresora, que conviene encender solo cuando realmente vayamos a imprimir algún documento, y no dejarla permanentemente en funcionamiento.

Es cierto que muchos de estos electrodomésticos no los vamos a apagar cada noche –como por ejemplo el despertador o el router del ADSL– pero sí podemos desenchufarlos cuando nos vamos de vacaciones. ¿Alguien ha pensado en desconectar el despertador cuando se va de viaje por un largo periodo de tiempo? Seguro que no. Igual que tampoco solemos desconectar el teléfono inalámbrico o la moderna cafetera que tanto nos gusta y que nos trajo a casa el mismísimo George Clooney. Pero hay que recordar que "tacita a tacita...".

Grandes medidas

Y si tras hacer esos pequeños gestos queremos seguir ahorrando, pero esta vez a lo grande, la propia industria electrónica nos ofrece diferentes dispositivos ideales para que la factura baje todavía más.

Todos conocemos las bombillas de bajo consumo, y a pesar de ello seguimos comprando esos viejos bulbos incandescentes que nos consumen hasta la médula. Es hora de cambiarlas por las de bajo consumo que, aunque son algo más caras, a la larga nos saldrán más baratas. Y lo mismo con los focos halógenos –muy habituales en cocinas–, que ya se pueden cambiar por modernos focos de tecnología LED que gastan hasta diez veces menos.

Y si uno quiere ahorrar todavía más podemos hacernos con bases de enchufes múltiples que desconectan los aparatos que no están en funcionamiento. Estas bases de enchufes utilizan un sistema inteligente gracias al cual cuando un aparato lleva apagado entre 20 y 30 minutos desconectan ese enchufe. Gracias a este sistema podemos, por ejemplo, tener enchufados en una base un despertador, un televisor y un reproductor de DVD. Tanto el televisor como el reproductor serán ´desconectados´ del todo transcurrido el tiempo programado, pero el despertador seguirá funcionando sin peligro de que la base lo deje sin suministro eléctrico, y por tanto sin peligro de quedarnos en brazos de Morfeo más tiempo del necesario.

En un país en el que la factura eléctrica crece de forma desorbitada ya es hora de empezar a tomar cartas en el asunto, ya sea en forma de pequeños gestos o de grandes medidas.