El Gobierno irlandés continuaba ayer negociando en Dublín con la UE y el FMI el plan de austeridad cuatrienal, que se presentará este martes, con renovadas esperanzas de mantener en el 12,5% su impuesto sobre sociedades.

El primer ministro irlandés, Brian Cowen, indicó ayer que la redacción del citado plan se encuentra "muy avanzada" y si éste cuenta con el visto bueno de la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), los expertos de estos organismos podrían concluir su "investigación" en Dublín en pocos días.

Según fuentes irlandesas, el plan de ajustes cuatrienal, un documento de 160 páginas, también incluye un compromiso de Irlanda para mantener en el 12,5% su impuesto de sociedades, clave durante los años del ´Tigre Celta´ para atraer inversiones extranjeras.

A este respecto, la canciller alemana, Angela Merkel, dejó ayer entrever que Irlanda podría mantener en esa cifra su tasa corporativa, a pesar de que algunos socios comunitarios han abogado por una subida para que el impuesto irlandés sea más acorde con la media europea. En declaraciones a la Radiotelevisión irlandesa (RTE), Merkel recordó ayer que todos los países tienen acceso, si lo piden, al "paraguas de protección" que ofrece la zona euro. La cadena pública irlandesa también se hizo eco de unas declaraciones efectuadas por el presidente francés, Nicolás Sarkozy, en las que expresó su deseo de que Irlanda eleve su tasa corporativa, aunque precisó que esto no es uno de los requisitos del rescate comunitario.

El montante del paquete financiero que tendrá que solicitar Dublín después de la publicación del plan cuatrienal vendrá determinado por la opinión de los expertos sobre su viabilidad y su análisis sobre las perspectivas de crecimiento de la economía irlandesa. El Gobierno trabaja, además, este fin de semana con la UE y el FMI en la elaboración de un plan de reestructuración de su sistema bancario, toda vez que los 30.000 millones ya inyectados por el Estado en las entidades desde el comienzo de la crisis en 2008 no ha generado confianza en los mercados internacionales.

Sus estimaciones sobre la factura final del rescate bancario, que el Ejecutivo ha fijado en 50.000 millones de euros, se han quedado también obsoletas, por lo que es difícil todavía poner una cifra final al paquete de ayudas de la UE, aunque se manejan números que rondan los 100.000 millones de euros.