Un avión de Qantas con destino a Buenos Aires tuvo que dar media vuelta ayer por problemas técnicos, una hora después de despegar del aeropuerto de Sidney, según informó la compañía.

El avión, un Boeing 747 con 199 pasajeros a bordo, perdió presión en la cabina a causa de un fallo en el sistema eléctrico de la aeronave, según confirmó la aerolínea australiana tras los primeros informes.

"Los informes de que el avión perdió presión en la cabina principal son correctos, pero el suministro de oxígeno a la cabina no se vio afectado", aclaró la compañía, que destacó que la tripulación actuó "correctamente" y de acuerdo al protocolo de seguridad.

El pasado 4 de noviembre, un Airbus A380 de Qantas tuvo que retornar al aeropuerto de Singapur cuando se dirigía a Sidney al sufrir una explosión tras incendiarse el aceite en uno de los motores del fabricante británico Rolls-Royce.

La aerolínea australiana decidió dejar sus seis 380 en tierra indefinidamente, aunque seguirá adelante con la adquisición de 14 aviones de este modelo que ya tiene pedidos a la consorcio europeo Airbus.

Qantas no ha hablado aún de la posibilidad de recibir compensación económica por las pérdidas sufridas porque están "concentrados en trabajar en asociación con Rolls-Royce", según Olivia Wirth, una portavoz de la aerolínea.

Al día siguiente del incidente con el Airbus, un Boeing 747 de la misma aerolínea y que efectuaba el mismo vuelo, Singapur-Sidney, regresó a tierra tras despegar de la ciudad-Estado por un problema mecánico en uno de sus motores.