El presidente de EEUU, Barack Obama, consideró hoy que el yuan está infravalorado y eso representa "un obstáculo", al resaltar que los tipos de cambio deben reflejar las realidades económicas.

Obama hablaba así en una rueda de prensa a la clausura de la cumbre del G20 en Seúl, donde señaló que las mayores economías del mundo "han logrado un acuerdo amplio sobre cómo avanzar, sobre un acuerdo marco propuesto por EEUU".

En la cumbre clausurada hoy, los líderes acordaron en su comunicado final un llamamiento para que los países "se abstengan" de practicar devaluaciones competitivas de sus monedas, origen de la llamada "guerra de divisas" de las últimas semanas.

El presidente estadounidense indicó que el yuan "está por debajo de su valor", lo que representa "un obstáculo no sólo para EEUU, sino también para muchos de los socios comerciales de China en todo el mundo".

China, declaró, "gasta mucho dinero para mantener su moneda infravalorada" y debe, "de modo gradual, hacer una transición al valor de mercado. Lo ha hecho en el pasado y reconoce que debe hacerlo" para reducir los desequilibrios en la economía.

EEUU reclama que Pekín acelere el ritmo de fluctuación de su moneda, al considerar que mantenerlo artificialmente bajo perjudica a las exportaciones estadounidenses de modo injusto.

China anunció el 19 de junio que permitiría fluctuar de manera más libre su moneda y desde entonces el yuan se ha revalorado un 3,1 por ciento con respecto al dólar.

El comunicado del G20 considera que "las monedas deben reflejar los fundamentos del mercado, es la mejor manera de garantizar que todos nos beneficiamos" del crecimiento económico, sostuvo Obama.

El presidente estadounidense dijo que aunque lo peor de la crisis económica ya ha pasado, el crecimiento no progresa lo suficiente, en especial en EEUU, donde la creación de empleo no termina de despegar.

El mundo no ha conseguido el crecimiento equilibrado necesario y a menos que se atajen los desequilibrios, indicó, se corre el riesgo de recaer en la misma situación que creó la crisis.

Según la declaración final de la cumbre, el grupo se compromete además a crear en 2011 unas "guías indicativas" que medirán el nivel de desequilibrio en las balanzas por cuenta corriente de los países, origen de las distorsiones que existen en la economía mundial.

En el comunicado, el G20 establece un plan de medidas que se tienen que poner en marcha en los próximos meses para alcanzar en el mundo un "crecimiento sostenido y equilibrado".

Uno de los desequilibrios que hay que atacar es el de la balanza comercial y por cuenta corriente. Los países emergentes, que crecen con fuerza, están consumiendo e invirtiendo mucho menos de lo que producen y gastan, con lo que tienen un fuerte superávit por cuenta corriente.

Por contra, los países desarrollados crecen con timidez y consumen mucho más de lo que producen, con lo que tienen que importar de las naciones emergentes.

En medio de esta situación distorsionada, países como EEUU han pedido a los emergentes, y especialmente a China, que potencien su demanda interna para no depender tanto de las exportaciones.

En este contexto, en la Declaración el G20 se compromete a crear en 2011 unas "guías indicativas" que medirán el nivel de desequilibrio en las balanzas por cuenta corriente de los países.

Si esas guías determinan que el desequilibrio llega a niveles peligrosos los países tendrían que tomar medidas. El Fondo Monetario Internacional (FMI) apoyará en la vigilancia de estos indicadores.

Inicialmente, EEUU había querido que se estableciera un límite numérico, del 4 por ciento, para los superávit y déficit por cuenta corriente, una propuesta que fue rápidamente abandonada.

El presidente estadounidense también dejó espacio en su rueda de prensa para abordar la derrota de los demócratas en las elecciones legislativas de su país y aseguró que su imagen en el mundo y su capacidad de presión "no" se verán debilitadas pese a que ya no tendrá automáticamente al Congreso de su parte.