El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, insistió hoy en la "solidez, la solvencia y la confianza" de la economía española frente a la preocupación que genera la irlandesa, aunque reconoció que puede verse afectada la prima de riesgo por invertir en la deuda soberana española.

Zapatero hizo estas declaraciones en Seúl en la rueda de prensa con la que concluyó su participación en la cumbre del G20, donde los ministros de Finanzas de los cinco países europeos presentes -España, Francia, Alemania, Italia y el Reino Unido- suscribieron un documento conjunto para intentar infundir confianza a los mercados acerca de la situación económica de Irlanda.

El jefe del Ejecutivo español recordó que la UE cuenta con un mecanismo para rescatar a los países en riesgo de crisis, que ya se aplicó en el caso griego, y precisó que corresponde a Irlanda, a las instituciones comunitarias y, en su caso, al Fondo Monetario Internacional (FMI), decidir si se pone de nuevo en marcha.

Si la crisis griega disparó la prima de riesgo por invertir en deuda soberana española, que se mide con el diferencial entre el bono español a diez años y el alemán del mismo plazo, Zapatero no descartó que ocurra ahora de nuevo, pero hizo hincapié en la solvencia de la economía española.

A su juicio, la situación que atraviesa Irlanda no puede atribuirse a la volatilidad de los mercados, ya que se trata de un país con un déficit del 30 por ciento del PIB y con un sistema financiero con problemas "graves". "Esa es la realidad", añadió.

En su opinión, el mecanismo diseñado por los socios comunitarios para responder ante posibles crisis de un país de la eurozona es un factor de estabilidad y tranquilidad para los mercados y los inversores.

Tras dejar claro que ningún líder del G20 le ha preguntado en la cumbre por la situación de la economía española, confió en que una eventual puesta en marcha de ese mecanismo para apoyar a Dublín genere confianza entre los acreedores de la deuda, que son los que provocan la inestabilidad en los mercados.

En este contexto, quiso dejar claro que España se opondrá en la UE a la propuesta alemana de incluir al sector privado en los planes de rescate, lo que implicaría que una eventual reestructuración de la deuda de un país afectaría también a los acreedores privados.

"El Gobierno de España no está de acuerdo; no estamos de acuerdo y en consecuencia no será fácil que esto prospere", manifestó.

En la última cumbre europea celebrada en Bruselas los socios comunitarios encargaron al presidente del Consejo, Herman van Rompuy, analizar los apoyos que tendría esa propuesta.

Zapatero reconoció que hay quien interpreta que la propuesta alemana está generando tensión y volatilidad en los mercados, ya que los inversores ven que podría salir perjudicada la deuda privada.

A su juicio, esa actitud no tiene razón de ser, ya que si hipotéticamente prosperara la iniciativa alemana sólo sería aplicable a partir de 2013, cuando se establezca un mecanismo estable de apoyo a países en crisis.

Hasta esa fecha, seguirá vigente el instrumento que ha servido para respaldar las finanzas griegas.