La Unión Europea (UE) está dispuesta, de ser necesario, a ayudar a Irlanda a superar sus graves problemas financieros, aseguró ayer en Seúl el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso que dijo que la UE "está vigilando la situación" que atraviesa el país.

"Contamos con todos los instrumentos necesarios para actuar en caso de necesidad", dijo Barroso en un momento en el que crece la preocupación en torno a si Irlanda podrá hacer frente a su elevada deuda fiscal.

Irlanda tiene un abultado déficit presupuestario, que podría alcanzar este año, según las estimaciones, el 32% de su PIB, el nivel más alto en la zona euro, como consecuencia de los miles de millones de euros que el gobierno de Dublín invirtió en el rescate de la banca irlandesa.

Los mercados de deuda elevaron ayer el bono irlandés de 10 años respecto al alemán de referencia a un interés del 9,25 por ciento, mientras su diferencial subió hasta los 680 puntos básicos, otra una cifra récord. Por noveno día consecutivo, los mercados aumentaron los intereses que paga el Estado irlandés para acceder a préstamos, después de que el miércoles se superase, por primera vez, el 8 por ciento por ciento y los 600 puntos básicos.

Las dificultades de Irlanda para acceder a préstamos a menor interés refleja la falta de confianza de los mercados de deuda en la capacidad del Gobierno de Dublín para reducir su déficit público, el más alto de la Unión Europea (UE).

A pesar de la situación, el Gobierno irlandés insistió en que no ha perdido soberanía sobre su política fiscal y que no necesita ayuda económica de la UE para salir de la crisis.

El propio ministro de Finanzas irlandés, Brian Lenihan, subraya que su país no solicitará "en ningún caso" ayuda a Bruselas e insiste en que el país reducirá su déficit fiscal por debajo del límite establecido por la UE de un tres por ciento hasta 2014 sin ayuda exterior.