Asia, la región que marcó la pauta para salir de la crisis, se convierte esta semana en el centro de la economía mundial con las cumbres del G-20 en Corea del Sur y del foro APEC en Japón, que tratarán de consolidar la recuperación.

Los próximos jueves y viernes, los jefes de Estado o de Gobierno de los países ricos y emergentes se dan cita en Seúl para concretar un plan de acción que permita dejar definitivamente atrás la crisis que hace dos años agrietó los cimientos financieros mundiales.

Con la capital surcoreana en alerta terrorista máxima por primera vez desde los atentados del 11-S de 2001, los viceministros de Finanzas del G-20 iniciaron ayer las consultas para ultimar la agenda de los 25 mandatarios que comenzarán a llegar a la ciudad mañana.

Las discusiones giran en torno al borrador preliminar de la llamada ´Declaración de Seúl´, que los líderes harán pública el viernes al término de la cumbre y que se espera lime diferencias entre países desarrollados y emergentes en política comercial y monetaria.

Una fuente del Gobierno surcoreano indicó que será "complicado" alcanzar un acuerdo numérico en propuestas como la de EE UU de establecer un límite al déficit o superávit por cuenta corriente de los países.

Inmediatamente tras la cita del G-20, el vecino Japón tomará el relevo de Seúl con la reunión de jefes de Estado y de Gobierno del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), integrado por 21 economías que representan más de la mitad del Producto Interior Bruto (PIB) del planeta.

La cumbre del APEC, que se celebrará el próximo fin de semana en Yokohama, muy próxima a Tokio, volverá previsiblemente a tratar a nivel regional algunos de los temas discutidos en el G-20, incluidos los desequilibrios comerciales.

El dato

China critica la inyección de la Reserva Federal

El gobierno chino alertó de que la inyección de 430.000 millones de euros anunciada por la Reserva Federal de EE UU puede tener consecuencias graves en las economías emergentes. La inyección ha sido criticada por Europa y numerosas economías emergentes por favorecer la depreciación del dólar estadounidense.