El ministro de Trabajo e Inmigración, Valeriano Gómez, dijo ayer que espera que el sector de la construcción contará aproximadamente con 1,2 millones de personas ocupadas, "el tamaño que debería tener" tras el ajuste impulsado por el Gobierno.

En su intervención en el acto inaugural del VII Foro Institucional Joven de Juventudes Socialistas, aseguró que las reformas puestas en marcha por el Ejecutivo contribuirán a equilibrar el sector de la construcción, tras una época de quince años de excesos, durante los cuales, dijo, España ha vivido "por encima de sus posibilidades".

El titular de Trabajo recordó que en dicho período el número de trabajadores en el sector de la construcción se multiplicó por 2,5 veces, pasando de 1,1 millones de personas ocupadas en 1994 a 2,7 millones del 2007, con lo que, desde el comienzo de la crisis, su volumen superaba a los de Alemania, Francia o Italia.

En su opinión, los excesos que se han producido en la construcción no son culpa de las personas que "legítimamente han querido mejorar su situación comprando una vivienda", sino de aquellas que "permitieron que la burbuja inmobiliaria adquiriera la dimensión y la locura que adquirió". A su juicio, España "ha consumido demasiado y tiene que desendeudarse" y encaminarse hacia la salida de la crisis, que será más lenta que en ocasiones anteriores, pero "que no quepa duda" de que saldrá, apuntó.

En cuanto al diálogo social, dijo que ahora toca reconstruirlo y "que se puede conseguir" y aseguró que no se puede obviar la huelga general convocada por los sindicatos.

Asimismo, criticó el "discurso de derechas e inconsistente" del Partido Popular que tachó de "despilfarros" los aumentos de los salarios mínimos, las pensiones y las ayudas a la dependencia del Gobierno socialista, y ahora "critica que en crisis se pida moderación salarial", sin recordar lo que ellos hicieron cuando gobernaban el país. En la actual situación de ajuste, Gómez defendió la política de moderación salarial, aunque hizo hincapié en que no se puede pedir moderación salarial si se deja que se dispare el precio de la vivienda y del alquiler.

Respecto de la estrategia del Gobierno socialista, dijo que éste no tiene que arrepentirse de su reforma laboral, porque "cuando pudimos repartir lo hicimos y cuando tenemos que pedir sacrificios, lo hacemos con claridad, sin ocultismos".