Varias aerolíneas chinas firmaron la compra de 102 aviones con el fabricante europeo Airbus, operación valorada en unos 10.000 millones de euros, durante la primera jornada de la visita del presidente chino, Hu Jintao, a París, donde no faltó la protesta de los defensores de los derechos humanos. Los contratos millonarios con Airbus se completaron con otros acuerdos con empresas francesas por una cuantía próxima a los 4.000 millones de euros. El presidente francés, Nicolas Sarkozy, cuidó la puesta en escena de la visita de su homólogo chino para acabar con las desavenencias que durante 2008 tensaron las relaciones entre ambos países.

El principal beneficiario fue el constructor aeronáutico Airbus, que vendió a compañías chinas 102 aviones valorados en unos 10.000 millones de euros.

Airbus, filial del consorcio europeo aeronáutico y de la defensa EADS, en el que además de Francia participan Alemania y España, firmó un acuerdo para la venta de 50 aparatos A320, 42 aviones A330 y diez del nuevo avión de mediana capacidad y largo recorrido A350, según informó la presidencia gala.

Paralelamente, el grupo nuclear público galo Areva logró un contrato valorado en unos 2.500 millones de euros para la venta de 20.000 toneladas de combustible de uranio durante los próximos diez años.

La petrolera Total, por su parte, suscribió un proyecto para la construcción de una planta petroquímica de transformación de carbón en Mongolia interior, que puede comenzar en 2015 y cuyo coste oscila entre los 2.000 y los 3.000 millones de euros.

Antes de la llegada de Hu a París, el grupo de telecomunicaciones Alcatel-Lucent anunció tres contratos con operadores chinos valorados en 1.178 millones.