EEUU no las tiene todas consigo. Ayer dos datos acrecentaban las dudas sobre la recuperación desatadas por un paro superior al 10% (en la imagen, una cola de empleo en Los Ángeles). El primer indicador de alarma hace referencia al PIB, que tras salir de la recesión en el tercer trimestre creció menos de lo anunciado: un 2,8%, frente al 3,5% adelantado. El segundo dato habla de los efectos que el elevado paro tiene en los consumidores: la confianza no ha repuntado en noviembre, después de sufrir un desplome en octubre. De ahí que, mientras las bolsas dudan, los mensajes de los economistas vuelvan a ser de advertencia. El más contundente, el Nobel Paul Krugman, que en The New York Times avisa a Obama de que si sigue preocupándose más por el déficit que por engrasar con dinero público la maquinaria, el país corre un grave riesgo de recaída, arrastrado por la caída de consumo que conllevará un paro tan alto.