En conferencia de prensa antes de comenzar el Consejo de Ministros, Solbes hizo estas declaraciones tras conocerse que el Índice de Precios de Consumo (IPC) subió el 0,6 por ciento en junio lo que situó la tasa interanual en el 5 por ciento, cuatro décimas superior a la de mayo y la más alta registrada desde hace trece años.

Solbes subrayó que de las cuatro décimas interanuales de incremento del IPC de junio, dos y media se deben a los carburantes y una a los alimentos no elaborados.

El vicepresidente insistió en que el incremento de los precios es un fenómeno internacional, sobre todo en la zona euro, y recordó que los analistas piensan que habrá una caída de los precios en la segunda parte del año y más significativa en 2009, siempre que no haya "sorpresas" con el petróleo.

En este sentido, subrayó que es difícil tomar medidas para evitar esa escalada del crudo y se mostró en contra de subvencionar su consumo, incluso algunos países que así lo hacían, indicó, están retirando esa subvención.

Respecto al precio de los alimentos, expresó su confianza en que se reduzca como consecuencia de las mejores cosechas de este año y señaló que "Competencia y el Ministerio de Industria intentarán mejorar al máximo el coste de los márgenes de comercialización".

Frente a estas alzas de los precios del petróleo y de los alimentos, expresó su satisfacción por el mejor comportamiento de los componentes menos volátiles, con una inflación subyacente que se situó en el 3,3 por ciento en junio.

En el aspecto laboral, Solbes recordó que el Gobierno no tiene capacidad para intervenir en el aumento de los salarios de los trabajadores, "sólo hace recomendaciones", ya que los convenios colectivos los negocian los agentes económicos, empresarios y sindicatos.

El ministro de Economía defendió de nuevo el hecho de que las cláusulas de recuperación de la inflación tengan en consideración el empleo y la productividad y destacó el excelente comportamiento que ha tenido la moderación salarial estos años, una circunstancia que confió que también ocurra en los próximos.

Asimismo, se mostró en desacuerdo con las cláusulas de revisión salarial, aunque admitió que es cierto "que el equilibrio se consigue con estas cláusulas".

Por otra parte, el vicepresidente insistió en que nunca le han gustado las hipotecas para la compra de viviendas con plazos excesivos y que siempre manifestó que el número de viviendas que se construían en España no estaba ajustado a las necesidades de la demanda.

Así, recordó que, en este contexto, las instituciones financieras son libres para hacer frente a sus políticas "y acertar o equivocarse", y añadió que son ellas las que tienen que afrontar estos problemas.