De esta forma, tras siete meses consecutivos con una inflación moviéndose entre el 4,1% y el 4,6%, por primera vez en 13 años se llega al umbral del 5%, lejos del objetivo para el conjunto del año (2%), debido, en gran parte, al aumento de los precios de los carburantes y lubricantes, que han tenido especial incidencia en los precios del transporte.

La inflación subyacente (que no incluye los precios de los productos energéticos ni de los alimentos no elaborados) se mantuvo en el 3,3% en junio, la misma tasa que la registrada en mayo. Por su parte, el Indicador de Precios de Consumo Armonizado (IPCA) alcanzó en junio el 5,1% interanual, cuatro décimas más que en mayo.