Ambas decisiones forman parte de una amplia revaluación de la estrategia de General Motors y su habilidad para cumplir con su objetivo de regresar a la rentabilidad en 2010, según este diario económico, que cita fuentes anónimas.

El periódico asegura que el plan de recorte de empleos probablemente será aprobado a principios de agosto cuando se reúna el Consejo de Administración de la compañía.

También es probable que se plantee en esa reunión si General Motors debería reducir el número de marcas que tiene en el mercado estadounidense, además de la de Hummer, que ya está a la venta.

Actualmente, General Motors vende vehículos bajo ocho marcas diferentes, pero cinco de ellas, incluyendo Buick, Saturn y Saab, pasan apuros para atraer compradores.

Aunque algunas fuentes consultadas por The Wall Street Journal aseguran que "nada está fuera de la mesa", otros opinan que Cadillac y Chevrolet son las marcas centrales del grupo y no serán vendidas.

Este diario recuerda que durante décadas, General Motors se ha concentrado en mantener su participación de mercado como la clave para generar dinero en Norteamérica.

Sus críticos, sin embargo, consideran que mantener ocho marcas constituye una hemorragia de recursos y hace que muchas de sus divisiones compitan entre sí.

Su rival Ford, por ejemplo, ha vendido Land Rover, Jaguar y Aston Martin y han considerado la escisión de Volvo, mientras que Chrysler ha optado por reducir el número de modelos que ofrece.

Otro de los problemas que tiene General Motors es que la liquidez de la empresa se ha visto cada vez más reducida y la única forma de obtener fondos ha sido vendiendo activos, como el control de su brazo financiero GMAC en 2006 y su unidad Allison Transmission en 2007.

General Motors también analiza la posibilidad de ofrecer nuevas acciones para obtener capital, pero, a menos de diez dólares por título, tendría que al menos duplicar la cantidad de acciones en circulación para obtener un resultado que haga que la operación valga la pena, según The Wall Street Journal.

Aunque se cree que el Consejo de Administración de General Motors suspenderá el dividendo, eso sólo le ahorrará 550 millones de dólares al año.

Los analistas calculan que General Motors necesita entre 10.000 y 15.000 millones de dólares de financiación adicional para seguir operando hasta 2010.

Las ventas de la compañía se redujeron en junio más de un 18 por ciento en comparación con igual mes del año anterior.