Los precios se han desviado un 2,1 por ciento sobre las previsiones con las que la Seguridad Social estableció el crecimiento de las pensiones para 2008. Para mantener el poder adquisitivo de los más de ocho millones de jubilados con derecho a prestación, el Gobierno deberá destinar casi 3.122 millones de euros más a la actualización de estas retribuciones. De entrada, en enero, un pensionista medio recibirá una paga especial para compensarle de la evolución de los precios en el último año por valor de 195 euros.

Teniendo en cuenta el IPC del 4,1 por ciento interanual de noviembre, que se toma como referencia para la revalorización de las pensiones, el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales tendrá que destinar un total de 3.121,8 millones de euros a compensar a los pensionistas por la desviación sobre las previsiones iniciales del IPC, que eran de tan sólo un 2 por ciento.

Asi, la Seguridad Social tendrá que abonar 1.557,1 millones para la paga compensatoria de los pensionistas en el mes de enero. Para una pensión media, esta paga compensatoria será de unos 195 euros. Además, la consolidación de esta desviación en la nómina de las pensiones del próximo año supondrá una cantidad similar (otros 1.564,7 millones de euros), lo que elevará el coste total a 3.121,8 millones de euros. Según preciso Trabajo, el coste de dicha consolidación se aplicará al presupuesto del próximo ejercicio y el de la paga de compensación, que el Ministerio abonará el próximo mes de enero a los más de ocho millones de pensionistas españoles, se imputará al presupuesto de gastos de 2007.

Alimentos y carburantes

De las siete décimas en que subieron los precios en noviembre, tres se debieron al vestido y el calzado, que se encareció un 3,2 por ciento. Por su parte, el petróleo y los alimentos volvieron a ser responsables de la mayor parte de la subida mensual del IPC

Y es que los alimentos y bebidas no alcohólicas se encarecieron el 0,9 por ciento en un mes, y el 6,3 por ciento en un año, mientras que el transporte fue un 1,4 por ciento más caro en un mes y acumula una subida anual del 6,6 por ciento, debido al alza de los combustibles.

En el análisis por rúbricas con las que se mide el IPC, destaca el encarecimiento de la leche, que ha subido el 30,5 por ciento en un año, o del pan, que cuesta un 14 por ciento más que en noviembre de 2006, así como la carne de ave (10,5%), la fruta fresca (7,1%) o las legumbres y hortalizas preparadas (8,8%), la carne de ovino (7,5%) y las frutas frescas (7,1%).