El índice de precios de consumo (IPC) en EEUU subió un 1,2 por ciento en septiembre, el mayor incremento mensual en un cuarto de siglo, informó ayer el Departamento de Trabajo.

El incremento sin precedentes del 12% en los precios de la energía empujó el salto de la inflación, pero si se excluyen combustibles y alimentos, el IPC en septiembre subió apenas un 0,1%.

El Departamento de Comercio informó a su vez de que las ventas de los minoristas subieron un 0,2%, un incremento también empujado por los altos precios de los combustibles.

Si se excluyen las ventas de gasolina, el valor de las ventas de minoristas en el mes pasado bajó un 0,2 por ciento.

El núcleo del IPC -o inflación subyacente que excluye los precios de alimentos y combustibles- no se ha acelerado desde marzo, lo cual sugiere que las compañías han tenido poco éxito en pasarle a los consumidores el incremento del costo de los combustibles.

Producción industrial

En este orden de cosas, la producción de las fábricas, minas y empresas de servicios públicos de EEUU registró una fuerte caída del 1,3% en septiembre, debido a la menor generación de petróleo y gas tras el paso de los huracanes Katrina y Rita.