La invasión de zapatos asiáticos ha colocado a los fabricantes españoles en una "delicada situación". El entrecomillado corresponde a Guillem Coll, presidente de la patronal del calzado mallorquín AFACA, quien ayer firmó un convenio de colaboración con la conselleria de Industria y Comercio dirigido a promocionar el producto local. El montante de la subvención supera los 431.000 euros.

Las ventas del calzado mallorquín se redujeron un 3% durante el primer trimestre del año en comparación con 2003, informó Coll. Las exportaciones el pasado año rondaron los 120 millones de euros. Sin embargo, el responsable de AFACA aclara que "dentro de las dificultades", el sector balear se halla en "mejor" posición para aguantar el envite lanzado por los países asiáticos. "La calidad del zapato de China es medio-baja mientras la nuestra se puede catalogar de medio-alta. Por ahora no representan una competencia", razona el conseller de Comercio e Industria, Josep Juan Cardona.

Avalancha china

Aunque sólo se trate de datos orientativos, las cámaras de comercio calculan las importaciones españolas de zapatos chinos en 827 millones de euros en los tres primeros meses del ejercicio. Durante el mismo periodo del año anterior, la cifra era menos de la mitad, en concreto, 328 millones.

Sin llegar a las cotas de Alicante, "donde se cierran empresas", el descenso de la demanda en Francia, Alemania y España repercute de forma negativa en la industria balear, afirma Guillem Coll. El mercado italiano, un clásico en la producción de zapatos exclusivos, importa ya mas pares mallorquines que el alemán, feudo tradicional de las exportaciones isleñas. Asimismo, Asia se ha destapado también como un importante consumidor de artículos baleares.

"En Balears el número de empresas y de trabajadores se mantiene, sólo se ha detectado una ligera bajada en el número de unidades de venta", subrayó Coll. Con respecto a una presumible deslocalización empresarial, Cardona descartó esta posibilidad aunque "desde hace años" se importan elementos específicos del zapato, como el trenzado. El ensamblaje, matizó Coll, se ejecuta en el archipiélago. "La calidad sigue siendo alta", enfatizó el vicepresidente de AFACA, Miguel Llompart: "Nuestros clientes no admiten una disminución de la calidad. Superaremos como podamos esta mala temporada y la que viene".