La economía balear se encuentra "estancada" y existen "señales de que algo no va bien", según destacó ayer el director del centro de investigación económica de Sa Nostra, Antoni Riera, durante la presentación del informe de coyuntura que la citada entidad y la Universitat elaboran.

Riera destacó que Balears cerró el primer trimestre con un crecimiento de su producto interior bruto del 1,3%, lo que inicialmente daba pie al optimismo respecto a que la situación de atonía comenzaba a superarse. Sin embargo, admitió que la previsión del segundo trimestre ha vuelto a presentar una ralentización en el alza del PIB, hasta situarlo en un 1,1%. Por ello, el responsable del citado informe admite que "la recuperación todavía no se ha iniciado", aunque puso de relieve que no se puede hablar de una situación de crisis.

Aunque expuso la posibilidad de que el presente año se cierre con un crecimiento que podría moverse entre el 1,5% y el 2%, admitió que estos porcentajes van a depender de los resultados que el sector turístico obtenga durante los meses de verano, sobre los que Riera manifestó no tener datos, sino únicamente opiniones de los empresarios.

Situación por sectores

El único sector que vuelve a mostrar síntomas de una tímida reactivación es la construcción, con aumentos del 1,6% y del 1,8% para el primer y segundo trimestre de este año. Por el contrario, la industria sigue la tendencia al debilitamiento, con porcentajes del 1,2% y 1%, respectivamente. Las exportaciones de calzado vuelven a presentar tasas de crecimiento, pero las ventas exteriores de la bisutería siguen descendiendo.

El motivo de que la economía balear no termine de despegar hay que buscarlo de nuevo en el sector servicios, en el que se enmarca la actividad turística. Si el aumento de su producción durante los tres primeros meses de este año alcanzó el 1,3%, para el periodo de abril, mayo y junio ese porcentaje se ha recortado hasta un 1%.

Aunque parte de las causas son de carácter coyuntural, como la fortaleza del euro, el encarecimiento de los carburantes o los problemas de crecimiento económico que siguen existiendo en la Unión Europea -con tasas de crecimiento inferiores a las de la Estados Unidos o Japón-, especialmente relevantes para las islas en países como Alemania o Gran Bretaña, Antoni Riera advierte también que otros presentan síntomas estructurales, como los indicios de que el producto turístico balear, masivo y basado en la oferta de sol y playa, comienza a agotarse.

Problemas detectados

El economista subrayó que no hay que caer en la alarma, pero añadió que están apareciendo a surgir problemas como el recorte en las pernoctaciones hoteleras pese a que la cifra de turistas que pasan por el aeropuerto sigue creciendo, el que cada vez las reservas se registren con mayor demora, o la reducción en los niveles de rentabilidad de las empresas del sector.

Además, destacó que en otros destinos competidores, como Turquía o Túnez, están alcanzando incrementos en sus cifras de visitantes del 40%, lo que obliga al sector turístico isleño a plantear la oferta de un producto diferenciado y de calidad.

Pese a admitir la necesidad de adoptar medidas para afrontar los problemas estructurales, Antoni Riera evitó pronunciarse sobre cuáles deben ser, alegando que ésta es una competencia de las administraciones.

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el dato

Mallorca es la isla con una mayor actividad

El informe presentado ayer apunta que Mallorca es la isla que presenta una mayor actividad económica, gracias a la obtención de unos registros turísticos más favorables. En concreto, se destaca que la llegada de visitantes españoles ha conseguido paliar el descenso de los extranjeros.

A ello se suma también un mejor comportamiento de la construcción en Mallorca, lo que ha favorecido que la isla lidere también la creación de empleo.