"Me gustaría que McDonald's fuera un poquito peor cada día o que rectificase en el ejemplo de vender comida", de esta forma tan contundente se expresó Guillem Ferrer, autor del proyecto Foodball, dedicado a la producción y venta de productos alimenticios "sanos".

La idea de Ferrer es una propuesta novedosa que impulsa la marca Camper. Todo comenzó cuando Ferrer envió una propuesta a Llorenç Fluxà, propietario de Camper. En ella le exponía una nueva filosofía de elaborar productos alimenticios desde el punto de vista ecológico y sano. En la ponencia ofrecida ayer en el centro BIT Raiguer explicó que su proyecto se vertebra sobre tres puntos fundamentales. El primero de ellos es la ecología. Ferrer considera básico ofrecer productos libres de todo componente artificial. El segundo es la creatividad. El autor del proyecto considera que "no creamos desde la mente, sino desde el estómago". Y finalmente, Ferrer no concibe sólo el hecho de vender comida, sino que cree que debe explicarse todo el proceso alimentario, "de la tierra a la mesa".

Actualmente ya existe en Barcelona un embrión de este proyecto, aunque se está planificando crear un punto de venta en Palma. En la Ciudad Condal se comercializan sólo productos frescos. La comida sobrante del día se lleva por la noche a un comedor social.

Otra ponencia, realizada por la empresa Alimcarat, versó sobre la industrialización de los derivados de la algarroba mallorquina.