Movilidad

Palma suspende en movilidad sostenible: es la tercera gran ciudad con menos calles peatonales del país

También es el municipio con más desplazamientos en vehículo privado, según el estudio de Pons Mobility y Meep

Vianants Mallorca reclama caminar sin «respirar humo, escuchar ruidos o soportar esperas»

La calle Blanquerna, peatonal desde hace 15 años, es uno de los ejes cívicos de referencia en Palma.

La calle Blanquerna, peatonal desde hace 15 años, es uno de los ejes cívicos de referencia en Palma. / Guillem Bosch

Irene R. Aguado

Irene R. Aguado

Fàbrica o la calle Blanquerna son algunos de los ejes cívicos de referencia en una ciudad en la que las zonas cerradas al tráfico rodado son la excepción. Palma es la tercera gran ciudad con menos calles peatonales de España: tan solo 1,42 kilómetros por cada 100.000 habitantes. Se sitúa únicamente por delante de Las Palmas de Gran Canaria (1,32) y Madrid (1,05). El ranquin de calles peatonales lo lidera Bilbao, con 5,78 kilómetros por cada 100.000 habitantes, Vitoria-Gasteiz (4,69) y Granada (4,34).

Así se desprende de un informe en el que se analizan los 20 municipios más poblados de España, y que deja a Palma a la cola de la mayoría de indicadores de movilidad sostenible. El estudio lo ha elaborado Pons Mobility, una consultora internacional en movilidad, y Meep, una plataforma que crea ecosistemas de movilidad sostenible. Sitúan a la capital de Baleares como la que soporta más desplazamientos en vehículo privado en proporción a sus habitantes: hay 575,39 coches por cada 1.000 ciudadanos, es el único municipio de los 20 analizados por encima de la media estatal (que se encuentra en 528,01). Hospitalet de Llobregat (272,58) y Barcelona (311,07) son las ciudades que menos utilizan el vehículo privado.

El estudio también hace mención, en base a los datos de la Dirección General de Tráfico, de la distribución de vehículos según la etiqueta ambiental. En este indicador las perspectivas son más optimistas: el 8,8% de los coches tienen distintivos 0 y ECO, un porcentaje entre los más altos del país. Son los que más crecen dentro del parque de vehículos. El 44,7% tiene la etiqueta C, la mejor a la que pueden optar los coches de gasolina y diésel. Además, Palma es el segundo municipio con menos distintivos B, que es la etiqueta que llevan los coches que más contaminan.

El podio de las ciudades que más usan el transporte público se lo llevan Barcelona, Bilbao y Madrid, por este orden y con mucha diferencia del resto. Palma se queda en la segunda mitad de municipios que menos lo utilizan, con tan solo 77,9 viajes por habitante y año frente a los 387 de Barcelona. Córdoba es el municipio que menos aprovecha el transporte público, con 7,7 viajes anuales por cada ciudadano. El estudio destaca que cuanto mayor es este porcentaje, más «accesible y confiable» es el transporte de la ciudad en cuestión.

Barcelona también se lleva el primer puesto de las ciudades con más kilómetros de carriles de vías dedicadas al exclusivamente al tránsito de autobuses, mientras que Palma es de las ciudades que menos tienen, teniendo en cuenta que en algunos municipios, como Granada o Elche, ni siquiera cuentan con este tipo de vías. El estudio destaca que este tipo de carriles (Bus-VAO) «reducen los tiempos de viaje, aumentan la puntualidad» y permiten «ofrecer un servicio más rápido y confiable». En cambio, Palma es la séptima ciudad —de veinte— que más kilómetros de carril bici tiene, en total 23,6, según el informe, pese a que solo un 6,3% del total de la población utiliza la bicicleta como medio de transporte habitual.

Una ciudad «maltratada»

Vianants Mallorca es una de las entidades ciudadanas que más lucha, precisamente, para recuperar las calles de Palma para los peatones. Reclaman la puesta en marcha de «estrategia de caminabilidad» en el municipio, explica la portavoz de la asociación Sonia Jichi, para que «cualquier persona pueda caminar de un punto a otro de la ciudad sin tener que respirar humo, escuchar ruidos o soportar largas esperas», comenta. «La ciudad está muy maltratada con pocas opciones de movilidad saludable», añade Jichi.

Lanzan una serie de propuestas concretas a las instituciones para priorizar al peatón en la jerarquía de la movilidad; entre ellas, sacar todo tipo de vehículos de las aceras, ya sean coches, motos, patinetes o bicicletas, y cumplir con las leyes de accesibilidad ensanchando las aceras y aumentando los pasos de cebra o el tiempo que duran los semáforos en verde. También piden reducir los límites de velocidad de los vehículos y hacer que caminar por las calles no sea solo saludable si no también agradable, sustituyendo el asfalto de calzadas y las plazas de estacionamiento por árboles y vegetación.

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