Otros escándalos en Emaya: barrenderos con sueldos de 90 mil euros al año
Habían sido ascendidos a dedo y seguían percibiendo la misma retribución aunque no ejercían ningún cargo de responsabilidad

Emaya reorganizó los puestos de trabajo de algunos jefes tras las advertencias legales
Como consecuencia del análisis de los puestos de trabajo que tuvo que realizar la dirección de Emaya, cumpliendo así el consejo del asesor jurídico de la empresa, se detectaron algunos casos muy graves de trabajadores que cobraban sueldos muy por encima de su categoría. Así, por ejemplo, se descubrieron casos de barrenderos, que en un momento determinado ocuparon un cargo de responsabilidad, nombrados a dedo, que venían cobrando sueldos anuales de alrededor de 90 mil euros al año. Es decir, los empleados que limpiaban las calles de Palma percibían un sueldo de casi el doble del que cobra el propio alcalde de la ciudad o de cualquier concejal o alto cargo de la administración. Ya no ocupaban el cargo de responsabilidad, pero venían cobrando el mismo sueldo como si lo estuvieran ejerciendo.
También se descubrieron escandalosos casos de enchufismo de familiares, colocados en altos cargos de responsabilidad de la empresa, donde habían entrado sin oposición, que cobraban sueldos muy altos. Ascensos que se decidían sin haber demostrado la más mínima capacidad, o experiencia profesional, para poder ejercerlos. Es el caso del que fuera director de Emaya en la época bajo el mandato de Emaya, que ascendió a su novia y al hermano de ella, quien precisamente fue detenido en la propia oficina municipal porque se descubrió que desde su ordenador profesional se había puesto en contacto con una amiga y le había engañado ofreciéndole un trabajo en una agencia de modelos. En estas conversaciones se comprobó que le había estado pidiendo a la víctimas fotos desnudas. En el informe que presentó al consejo de administración de la empresa pública, justificando los ascensos con el objetivo de reorganizar determinados departamentos, en ningún momento indicó que dos de los beneficiados eran familiares directos. El consejo de administración aceptó la propuesta del director y con ello se dispararon los sueldos de los dos familiares. La novia, por ejemplo, empezó a cobrar un sueldo anual de 90 mil euros. En cuñado cobró alrededor de otros 50 mil euros al año. A pesar de que quedó demostrado policialmente el uso indebido del ordenador profesional de este “enchufado”, años más tarde de su imputación se le premió con otro cargo de responsabilidad. Se le nombró responsable del área de protección de datos.
El cuñado del exdirector fue uno de los afectados por la política de reorganización de puestos de trabajo que decidió la anterior dirección de Emaya, para terminar de una vez por todas por los casos de malversación de fondos públicos que se estaba produciendo en la empresa por el pago de sueldos desproporcionados. Este trabajador ha mantenido, a raíz de su descenso, un enfrentamiento con la empresa, a la que ha logrado ganar en los tribunales. Recupera su antiguas responsabilidades, pero cobrará un sueldo inferior al que ha venido percibiendo durante los últimos quince años y que no estaban acorde con la categoría con la que había entrado en la empresa.
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