Bochorno y desconcierto en el Ayuntamiento de Palma
El regidor Miguel Busquets despacha en 40 segundos su comparecencia para explicar la polémica por la eliminación de la atención a víctimas de violencia machista en la Policía Local
El concejal humillado por el alcalde no responde ninguna pregunta, no admite responsabilidades y no pide disculpas a los ciudadanos

Miguel Busquets, a la derecha, pronuncia su breve declaración. / DM
Una semana ha tardado el regidor de Seguridad Ciudadana, Miquel Busquets, en pronunciarse sobre el error mayúsculo que cometió al decidir eliminar el servicio de atención a las víctimas de violencia machista de la Policía Local e impedir que las mujeres tramitaran las denuncias en Sant Ferran. Había muchas preguntas en el aire, pero el concejal desautorizado ha optado por no responder a ninguna en una intervención bochornosa y desconcertante.
Busquets ha comparecido este jueves a petición del PSOE en la comisión de Servicios a la Ciudadanía previa al pleno de la próxima semana. El reglamento le daba diez minutos para despejar los muchos interrogantes que pesan sobre una polémica que ha generado alarma social, pero al regidor le han bastado 40 segundos. Tiempo de sobra para balbucear ante un papel vagas referencias al "compromiso" del Ayuntamiento de Palma en la lucha contra la violencia machista y un supuesto "histórico" incremento de las ayudas para atender a las víctimas.
Ni una explicación, ni una admisión de responsabilidad ni, sobre todo, ninguna disculpa a los ciudadanos y a las mujeres que sufren estas violencias. Un sorprendente acto de soberbia por parte de un regidor que hace solo unos días recibió una humillante desautorización de Jaime Martínez.
Busquets podría haber explicado si el alcalde conocía su intención de eliminar la tramitación de denuncias de las víctimas de violencia machista. O por qué el mismo día en el que estalló la polémica el Ayuntamiento envió una nota de prensa justificando la decisión y solo unas horas después Martínez quiso echar tierra al asunto con su famoso "yo soy el alcalde". O por qué hablaron de un protocolo que la Policía Nacional desmiente. O por qué mintieron cuando dijeron que Palma es la única ciudad del Estado cuya policía local tramita denuncias por violencia machista.
Tres dimisiones
En lugar de eso, Busquets ha optado por esconderse detrás de un papel. Sus palabras - o más bien la ausencia de ellas- han encendido a la izquierda, pero han gustado a Vox, más cómodo ahora que ha renunciado a hacer oposición.
Aunque Martínez se conformó con humillarle y no destituirle, Busquets acumula méritos para lo segundo. Puede que el alcalde descartara el despido teniendo en cuenta la inestabilidad de un área en la que en solo un año y medio de legislatura han dimitido dos directores generales de Seguridad Ciudadana y uno de Civismo. O simplemente ha optado por el camino más fácil, aunque signifique atarse a un concejal tan parco en palabras como en hechos.
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