La temporada de frío se deja notar en España y la nieve ya cubre algunas cadenas montañosas del país. Con este tiempo, un buen plan para el fin de semana es visitar las montañas nevadas y practicar deportes de nieve como esquí o snowboard.

A la hora de viajar a la nieve es necesario seguir unos consejos sobre cómo vestir y protegerse con algunos materiales. Estos son los elementos imprescindibles para empezar a esquiar, recomendados por la Asociación Turística de Estaciones de Esquí y Montaña (Atudem), que engloba a 33 estaciones de esquí y montaña.

1. Protector solar

Los expertos consideran que por cada 300 metros de altitud la radiación ultravioleta se intensifica en un 5%. Además, el frío y el viento provocan que la piel se deshidrate y sufra riesgo de quemarse.

Es importante contar con un protector solar adecuado que nos proteja de las quemaduras. La mejor opción es el protector de factor 50+, que evitará que la piel se queme durante nuestras jornadas soleadas en las pistas. Para conseguir que nuestra piel no sufra es importante ponerse crema cada dos horas y no dejarse engañar por las nubes, ya que, aunque esté nublado, los rayos del sol siguen incidiendo en la piel.

2. Ropa térmica

Para esquiar, es recomendable vestirse con tres tipos de capas. La primera, es una segunda piel pegada al cuerpo constituida por la ropa térmica. Es conveniente que sea de lana o un tejido sintético no absorbente como el poliéster.

La segunda capa es la de aislamiento, que sirve para retener el calor que genera el cuerpo. Por último, es importante equiparse con una tercera capa o capa exterior como mono de esquí, pantalones o anorak.

La chaqueta de esquí debe ser a prueba de agua; es decir, con una impermeabilidad mínima de 5.000 mm y capaz de expulsar el vapor de agua producido por la transpiración, así como mantener el cuerpo seco.

3. Gorro y guantes

Unos guantes impermeables son esenciales, tanto para aislarnos del frío como para proteger las manos ante posibles caídas. También es importante no olvidarse de la cabeza, la zona del cuerpo por la que se pierde más calor. Por eso, mantener la cabeza caliente es el primer paso para tener caliente el resto del cuerpo.

4. Casco y gafas de sol

Los cascos de esquí no son sólo para los niños, sino que es aconsejable que se los pongan todos los esquiadores. Hay algunos diseñados para el esquí y snowboard en pista y otros todoterreno para los más aventureros.

También es indispensable proteger nuestros ojos de los rayos de sol, ya que tras mucha exposición el sol puede generar irritación en los ojos y llegar a deteriorar la vista. En cotas más altas, el reflejo del sol en la nieve se acentúa y los ojos están más expuestos a los rayos ultravioletas. Mientras que el mar refleja el 25% de la luz, la nieve reflecta el 85%.

Para esquiar tranquilos nuestras gafas deben tener un filtro anti rayos ultravioleta y es conveniente que tengan un filtro solar de categoría S4, específico para condiciones de alta montaña.

5. Espinilleras

Para los que sienten molestias con las botas de esquí, una opción es llevar espinilleras. Existen unas de gel que se adaptan a la forma de la pierna y alivian el dolor de la presión que provocan las botas y protegen de las fricciones.

6. Calcetines y plantillas

Para esquiar el calcetín debe ser fino, pero con refuerzos especiales en el talón y la punta del pie. En cuanto al material, se recomienda la lana merino, un tejido térmico y repelente al agua. También se pueden poner unas plantillas si son necesarias o incluso unas plantillas cálidas, que ayudan a mantener el calor en el interior de la bota.

7. Protector labial

El frío y los rayos de sol cortan los labios. Para evitarlo, es necesario usar un protector labial que incluya protección solar. Para la evitar los labios agrietados se recomienda un protector que tenga un FPS de 50.

8. Botas de descanso

Al tomarnos un descanso de esquiar o terminar la jornada en las pistas, es importante quitarnos las botas y ponernos unas de descanso. De esta forma, los pies se mantendrán calientes y cómodos para estar a punto y seguir esquiando al día siguiente. Los descansos nos ayudarán a olvidar las pequeñas ampollas que puedan ocasionar las botas de esquí.

9. Secador de botas y guantes

Para los que sufren con la humedad, una buena idea es hacerse con un secador de botas y guantes. Tras una jornada de esquí, se colocan unas dos o tres horas en el interior de las botas y secan completamente el calzado, además de calentarlo a una temperatura agradable y evitar que aparezcan malos olores.

10. Cadenas o neumáticos de invierno para el coche

Por último, antes de salir de casa, hay que preparar el desplazamiento. Asegúrate de tener cadenas o neumáticos de invierno para conducir por la nieve de forma segura. Los neumáticos de invierno son una buena alternativa para sitios con mucha nieve, ya que conservan mejor la estabilidad del vehículo y son más eficientes en el frenado.