Los segundos funerales blancos en un día

El Barcelona gana la Copa al Madrid en una final apoteósica y dramática

El Barcelona gana la Copa al Madrid en una final apoteósica y dramática / Joan Monfort / AP

Matías Vallés

Matías Vallés

Real Madrid- Barça es el partido único del fútbol español, pero los madridistas difuntos tienen hoy tan poca confianza en sus jugadores que Florentino decidió arrinconar a los colegiados y arbitrar la final de Copa, para que no se convirtiera en la prórroga de los funerales papales de Roma. No logró burlar al destino, y ayer tuvieron lugar dos exequias blancas en un mismo sábado.

El equipo más laureado del planeta posee estructura suficiente para darse cuenta de que se quedaba sin salida, al replicar con un infantilismo lloroso a los árbitros todavía más llorones. Si el Madrid perdía como era previsible y ocurrió dado el naufragio de la plantilla, la derrota se agravaría por la cobardía de culpar a los árbitros. Pero incluso en la hipótesis de una victoria blanca que pudo producirse, siempre subsistiría la duda del peso de la protesta en los despachos. RTVE se enterará del escándalo en siglos futuros, dado su esfuerzo por ocultarlo durante la final.

El desarrollo del partido antes del descanso explicaba los esfuerzos de Florentino por no disputarlo. El Barça prodigaba jugadas bonitas pero huecas, el Madrid no prodigaba nada. Solo un equipo podía marcar un gol, y solo un equipo podía no marcar un gol. En estos escenarios, el resultado menos doloroso es un uno a cero a favor del equipo que prefiere jugar al fútbol, y así concluyó la primera mitad.

La clave de la revolución del marcador en la reanudación no fue el colegiado, sino que el Madrid se olvidara de su presidente y del árbitro. La resurrección unipersonal corrió a cargo de Vinicius, quién si no, que acabó contagiando a jugadores que sestearon en la primera mitad, tales que Bellingham. Reanimó incluso al abúlico Mbappé, no hay como abuchear a una estrella propia para espabilarlo.

La derrota en la Copa, ante un Barça que no solo es adolescente en el DNI, demuestra que el equipo más favorecido por los colegiados de la historia del fútbol nunca debió permitir que los árbitros lacrimógenos amontonados en cada encuentro superen en importancia a la alineación blanca.

Con una prórroga de por medio pudo ganar cualquiera, pero la victoria a los puntos está adjudicada correctamente. Tras certificar el último campeón justo de la Copa, los colegiados pueden dejar de llorar. No inspiran ninguna pena en las provincias donde se han ensañado con los clubes modestos, en provecho flagrante del duunvirato Madrid/Barça. Las tribulaciones de los árbitros acabarán pronto, porque serán sustituidos por la IA o Inteligencia Auténtica, así que no se sentirán obligados a gimotear en ruedas de prensa. Seguro que sus familias preferirán la tranquilidad sin excelentes remuneraciones al actual sinvivir.

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