En la Audiencia Nacional
Visto para sentencia el juicio de Rubiales en cuanto las defensas concluyen sus informes y niegan los delitos
El abogado de Vilda cuestiona la condición de víctima de Jenni Hermoso y pide al juez que acabe considerándola "una denunciante cuyas pretensiones no se han acogido"

Jorge Vilda, exseleccionador nacional femenino / EFE

El juicio al expresidente de la Federación Española de Fútbol Luis Rubiales por el beso que dio a la jugadora Jenni Hermoso tras la final del Mundial de 2023 quedó este viernes visto para sentencia, una vez que los cuatro acusados renunciaron a ejercer su derecho a la última palabra y sus abogados defensores negaron la existencia de delito alguno. El primero en intervenir fue el del exseleccionador nacional femenino Jorge Vilda, Luis Jordana de Pozas, que afirmó que la causa había empezado con una víctima y confiaba que acabara "con una denunciante cuyas pretensiones no se han acogido" por una sentencia absolutoria. Explicó que para que existan coacciones debe haber violencia e intimidación y "ofrecer una recompensa es ajeno a cualquier concepto intimidatorio", en referencia a que, según los testigos, ofreció trabajo en la federación a la futbolista si accedía a hacer un vídeo junto a Rubiales.
El prestigioso penalista Jordana de Pozas calificó de "osadía" basar las coacciones por las que Vilda se sienta en el banquillo en los testimonios del hermano de la jugadora, Rafael Hermoso, y en su amigo Vitoriano Martín, "no porque les vaya a acusar de falso testimonio con la misma alegría que las acusaciones", en referencia a lo manifestado por la teniente fiscal de la Audiencia Nacional, Marta Durántez, tras escuchar el testimonio del seleccionador nacional, Luis de la Fuente. El abogado recordó la relación que une a ambos con la futbolista, lo que señaló que podía influir en sus testimonios, aunque en su opinión Hermoso "no mentía, sino que exageraba".
La novena jornada del juicio ha consistido en los informes de las defensas de Vilda, el exdirector de marketing Rubén Rivera y el exdirector deportivo de la Masculina Albert Luque. Los tres están acusados únicamente de coacciones, mientras que a Rubiales también se le acusa de agresión sexual por el beso, lo que eleva la petición fiscal en su caso a dos años y medio de prisión.
En línea con lo alegado la víspera por la abogada de Rubiales, Olga Tubau, que argumentó la existencia de consentimiento en el beso y negó la existencia de las coacciones o en cualquier caso su éxito, porque la jugadora se negó a hacer el vídeo, Jordana de Pozas señaló que Vilda se levantó a hablar con Rafael Hermoso en el avión de vuelta a España, porque estaba preocupado por las "consecuencias personales y profesionales" que la "presión mediática" podía suponer para Jenni Hermoso, a la que conocía desde hacía 17 años, aunque en ningún momento le preguntó cómo estaba, extremo que la futbolista señaló que le había dolido en su declaración ante el juez.
Su informe concluyó señalando que "una víctima de una violación salvaje es víctima, pero nadie es víctima de nada si se está discutiendo, como aquí sucede, la atipicidad de la conducta de que dice haber sido víctima" y dijo esperar haber empezado con una víctima y acabar "con una denunciante cuyas pretensiones no se han acogido", porque se absuelve a los acusados.
El siguiente en informar fue Jorge Navarro, abogado de Albert Luque, que también negó las coacciones y comenzó y finalizó su alegado citando a Kafka. En el informe, en el que también rememoró el macartismo, recordó la conversación y los mensajes que el exdirector deportivo de la masculina se cruzó con la amiga de Jenni Hermoso que la acompañó a Ibiza, Ana Ecube, para negar que en ellas se produjera lo necesario para que hubiera delito alguno, según lo fijado por el Tribunal Supremo en la sentencia que absolvió a los responsables de Ausbanc y Manos Limpias, a los que se acusaba de extorsionar a los bancos para que contrataran sus servicios.
Amenazar con acciones
A continuación informó el abogado de Rubén Rivera, Joaquín Jiménez, que se mostró muy crítico con la actuación del ministerio público y las acusaciones que ejercen la propia Jenni Hermoso y la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE). Alegó que no se había acreditado que alguien informara al director de marketing de lo que había ocurrido en relación con el beso y de que tuviera que presionarla por orden de Rubiales para que hablara con el entonces director de integridad y con Albert Luque. Incluso, señaló que ningún testigo ha dicho que en algún momento mencionara el beso o que en sus intervenciones hubiera "violencia o intimidación", por lo que considera "temerarias" las acusaciones.
En vez de solicitar al juez que deduzca testimonio contra las futbolistas que entendía que habían faltado a la verdad durante la vista oral, dijo que se reservaba el ejercicio de acciones penales si no dirigían al juzgado una carta en la que aclaraban lo que habían manifestado sobre Rivera antes de que se dicte la sentencia.
El juez central de lo Penal de la Audiencia Nacional, José Manuel Fernández-Prieto, declaró el juicio visto para sentencia en cuanto confirmó que ninguno de los cuatro acusados ejercería su derecho a la última palabra. "Aunque parezca mentira hemos terminado", afirmó el magistrado.
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