Baloncesto

Palmer Basket y Fibwi Palma, por buen camino

Los chicos de Marco Justo ocupan la primera posición en Liga de una forma destacada, mientras que los pupilos de Pablo Cano son terceros, empatados a victorias con el segundo clasificado, el Bàsquet Llíria

Canasta del Fibwi Palma en el derbi mallorquín al Palmer Basket

Canasta del Fibwi Palma en el derbi mallorquín al Palmer Basket / Manu Mielniezuk

Palma

El baloncesto mallorquín está de enhorabuena. Los dos conjuntos que compiten en la Segunda FEB, Palmer Basket y Fibwi Palma, comandan, cuando han concluido prácticamente dos tercios de la liga regular, la clasificación del grupo Este. 

El Palmer ocupa la primera posición. Es el actual líder indiscutido. Alcanzó la cúspide en la primera jornada y no la ha abandonado en las dieciséis etapas ya consumidas. Catorce victorias y solo dos derrotas, curiosamente contra dos de los equipos que le pisan los talones (Sant Antoni y Fibwi), le han convertido hoy por hoy en el máximo aspirante al título. Y el liderato tiene premio – el camino corto del ascenso – ya que permite, antes de iniciarse los play-offs de promoción, jugar una eliminatoria con el campeón del grupo Oeste consiguiendo el ganador una de las tres plazas de ascenso a la Primera FEB. El perdedor entra entonces en la bolsa de equipos clasificados, que lucharán por las dos posiciones restantes, en el itinerario largo. 

El Fibwi con un balance de once triunfos y cinco tropiezos forma parte de una terna de equipos junto a Llíria y a Sant Antoni, que persiguen al Palmer o para desbancarle o, si no llegan a tiempo, para ocupar al final de la fase regular la mejor clasificación posible que suavice las eliminatorias de ascenso. Después de un inicio plagado de dificultades que le convirtieron en una formación con un rendimiento irregular, se ha consolidado como uno de los aspirantes serios al salto de categoría.  

En la temporada pasada las dos escuadras isleñas vivieron muy pendientes del descenso, que evitaron en el epílogo del campeonato. Afortunadamente, los dirigentes tomaron buena nota de lo sucedido y trabajaron para no cometer en esta los errores que alimentaron el fantasma de la pérdida de categoría.

Claves que explican la privilegiada clasificación actual de los dos equipos de Ciutat, especialmente la de los verde turquesa, hay muchas y algunas parecen más que claras. El sentido común, lo innegable de las evidencias o la objetividad de las estadísticas conducen a las siguientes:

Presupuesto y plantilla

De la misma manera que en la vida el dinero no da la felicidad, pero ayuda, en el deporte profesional disponer de un generoso presupuesto no garantiza el éxito, pero sí permite fichar jugadores de nivel. Resulta imposible conocer el ranking de los presupuestos de los equipos de la categoría. Posiblemente, haya clubs que superen el de los dos mallorquines, pero lo que sí es seguro es que hay muchos que están por debajo. Y posteriormente hay que acertar en los fichajes. El trabajo en los despachos que se hace en verano, cuando se diseñan las plantillas, es fundamental. Un equipo es como un puzle y hay que saber adquirir las piezas que mejor encajan. Resulta evidente que este año tanto Fibwi como Palmer han acertado, olvidando así los despropósitos de la temporada anterior. 

La figura del entrenador

Vicenç Palmer apostó por la experiencia y fichó a Marco Justo. Xavi Sastre, su entrenador ayudante, lo tiene claro: «El 85 % del éxito actual del equipo es del técnico». Su incidencia está siendo fundamental. Sastre lo define como «un entrenador muy profesional, actualizado, estudioso de este deporte, meticuloso, que no deja nada en manos del azar». Su metodología también está contribuyendo, es cimental. Realizan una sola sesión diaria, eso sí, de 3 horas, distribuidas en vídeo, físico en pista, técnica individual y trabajo colectivo. Los ejercicios suelen tener una corta duración para facilitar la atención de los jugadores y la focalización en lo esencial. En su estrategia de trabajo da importancia a los aspectos básicos, que muchas veces no se entrenan porque se dan por asimilados. Pocas normas y muy claras.

Guillem Boscana se decantó por Pablo Cano. Fue una apuesta arriesgada por su falta de experiencia como primer entrenador. Pero los que confiaron en él, parece que no se equivocaron. El equipo se ha impregnado de su carácter. Mateu Bordoy, uno de los técnicos ayudantes del equipo, ha destacado su buena labor. «Un gran profesional, con un gran bagaje baloncestístico y un incansable trabajador». El lema del grupo define su filosofía: «Ser los primeros en el trabajo diario». Bordoy asimismo ha remarcado la labor que se realiza previa a los partidos a través del vídeo, buscando siempre los detalles que más pueden penalizar los puntos débiles del rival.

La defensa

Sin duda, una de las claves más importantes que explican la clasificación actual. Es posiblemente la característica que mejor les define y ambos equipos la han convertido en su estandarte, eso sí, con matices diferentes. Hasta el momento son los conjuntos que menos puntos han encajado. Detrás de este dato objetivo, Bordoy asegura que hay «muchas horas de trabajo». Sastre coincide y además apunta que resulta primordial «tener pocas, pero muy claras normas defensivas». El Fibwi es el equipo con mejor media de balones robados por encuentro. Aramburu (Fibwi) y Traoré (Palmer) están entre los jugadores que más rebotes defensivos capturan de promedio. Si la falta personal es sinónimo de mala defensa, los inmobiliarios son los que menos faltas cometen por partido.

El rebote ofensivo

Llama la atención el poderío en esta faceta del juego de nuestros dos representantes, que con Llíria configuran la tripleta dominante. Ambos conjuntos disponen de jugadores con cualidades físicas y técnicas ideales. Pero tras esos buenos números hay una coincidencia estratégica: tanto Fibwi como Palmer apuestan porque sean cuatro los jugadores que carguen el rebote. Convicción, trabajo y detalles, una vez más. El rebote adiciona posesiones y ya se sabe, cuantas más posesiones, más posibilidades de puntos. Xavi Sastre señalaba que, de cada 10 rebotes ofensivos capturados por su equipo, casi 5 acaban en canasta. Traoré y Correia (Fibwi), son de los mejores reboteadores ofensivos de la liga.

El grupo humano

Parece que no tiene una relación directa con el baloncesto, pero su incidencia en el devenir de los resultados puramente deportivos resulta decisiva. Mateu Bordoy calificaba al equipo como «una familia». El cuerpo técnico ha conseguido que todos los miembros del colectivo remen en la misma dirección, tanto dentro como fuera de la pista, y ha entretejido unas relaciones interpersonales sólidas. «No todo es solo baloncesto. Complementamos la faena de la cancha con actividades paralelas que ayudan sin duda a mejorar la cohesión grupal», añadía. Xavi Sastre reconocía que la buena sintonía entre los miembros de la plantilla esta temporada en parte ha venido dada por la coincidencia de edad – jugadores jóvenes – que hace que compartan inquietudes. «La buena relación que demuestran los integrantes del plantel en todo momento es un plus que suma para que la dinámica deportiva sea positiva», reconoce.

Cierto es que las notas definitivas se entregarán a final de curso, que los balances definitivos se conocerán dentro de unos meses, que queda mucho torneo, que resta la fase determinante, la que puede llevar al éxtasis o a la frustración… Cierto es. Pero también lo es que el trayecto recorrido hasta el momento por el Palmer y por el Fibwi invita a fortalecer la ilusión y a comulgar con el optimismo.

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