El Villarreal impone su ley ante el Poblense

El Poblense dijo adiós a la Copa del Rey tras caer contra el Villarreal por 1-6, que impuso su condición de equipo de Primera División para evitar sorpresas en una noche histórica en sa Pobla a pesar del abultado marcador. Aitor Pons marcó el tanto del honor, celebrado con pasión porlos más de dos mil aficionados presentes en la grada del Municipal, en un duelo que dominó con puño de hierro Ayoze Pérez, que anotó un hat-trick en el primer tiempo.

La ilusión fue desbordante desde el primer minuto. Habían pasado 48 años desde que el Poblense disputara una eliminatoria de la Copa del Rey y nadie quiso faltar a la fiesta. Apoyar al equipo de su pueblo contra un Primera no es algo que se viva todos los días y los seguidores blaugranas, que no decayeron en todo el encuentro, disfrutaron del juego de los suyos. 

La emoción del partido duró solo unos minutos. Los de Marcelino salieron con ganas de finiquitar por la vía rápida el pase a la siguiente ronda y dispuso de estrellas como Ayoze, Parejo o Yéremi Pino sobre el verde del estadio. Mucho jugón para el colíder de la 3RFEF. En el terreno de juego se evidenció la diferencia de categorías: los mallorquines en la quinta y los castellonenses en puestos Champions de la Primera División. 

Los azulgranas salieron con respeto y los groguets marcaron a los diez minutos tras una buena triangulación entre Ayoze, Pino y Terrats, que mandó el balón al fondo de las mallas. El gol supuso el golpe que necesitaban los de Óscar Troya para quitarse el miedo del cuerpo y reaccionaron. Pasado el primer cuarto de hora de juego, provocaron el primer saque de esquina a favor. La grada enloqueció y empezaron a buscar la portería rival.

Lo malo: dejaron espacios a la espalda de la defensa y a campo abierto el Villarreal es de los mejores equipos de Europa. Ayoze remató dentro del área y puso el 0-2 antes de la media hora de juego. El sueño del pase a la siguiente ronda se desvaneció.

Los tantos empezaron a caer como las gotas en un día de tormenta. Ayoze marcó dos goles más y el canterano Cabanes otro antes del descanso. Sentenciaron la eliminatoria, pero nadie se marchó del estadio. Todos querían seguir viendo a sus héroes en un día que ningún aficionado olvidará.

Tras salir de los vestuarios, todo cambió. Los locales se quitaron la presión de encima y buscaron con más ahínco la portería rival. El objetivo estaba claro: marcar. Primero lo probó Suasi con un disparo desde fuera del área que rechazó el guardameta y, minutos después, Aitor Pons tuvo un mano a mano que paró bien el meta del Villarreal.

Continuaron insistiendo y el de siempre, Aitor Pons, marcó el gol del honor en una noche histórica para el Poblense. Nadie bajó los brazos porque querían más. Querían gustarse y gustar. La afición disfrutó de lo lindo en el segundo tiempo porque los ataques de los de Óscar Troya se sucedieron. Y eso es lo que quería la afición: disfrutar, ya que caer ante un rival con más de cien millones de diferencia de presupuesto es lo normal. 

A pesar de la decepción por la derrota, la ovación con la que se marcharon los futbolistas del Poblense será algo que recordarán el resto de sus vidas.