Otra vez incidentes en el fútbol balear, el cuento de nunca acabar

Una trifulca entre jugadores del Pòrtol y el Porreres de Preferente provoca la suspensión del partido en el minuto 84

Un local denunció al árbitro que uno de los sancionados de los visitantes exhibió una navaja que nunca ha aparecido

Una imagen del partido entre el Pòrtol y el Porreres, disputado el domingo.

Una imagen del partido entre el Pòrtol y el Porreres, disputado el domingo. / DM

Ricard Cabot

Ricard Cabot

La violencia y los malos modos en el fútbol balear parece no tener fin. El último episodio que hay que lamentar se produjo el pasado domingo en el campo Cata Coll de Marratxí en el partido del grupo A de Regional Preferente entre el Pòrtol y el líder Porreres. El suceso contó con todos los ingredientes que acompañan este tipo de situaciones menos uno, la aparición de una navaja que dos días después del encuentro todavía no ha aparecido y que contribuyó a la decisión del colegiado de dar por terminado el duelo a seis minutos del final.

Joan Miquel Reus, el árbitro de 23 años que en febrero del año pasado propició una huelga del colectivo de Balears después de que le propinaran un puñetazo y le perforaran el tímpano en el Xilvar B-Son Ferrer de Tercera Regional, impartía justicia sin problemas en Pòrtol hasta que llegó el minuto 73. En ese momento señaló un penalti a favor del Porreres, muy protestado por los jugadores locales, que iban ganando 1-0, y que culminó con la expulsión del guardameta local Marc Cerdá. El líder marcó la pena máxima. Pero las desgracias nunca llegan solas y los locales encajaron el segundo solo un par de minutos después. 

El partido se le complicó al árbitro en cuestión de pocos minutos. Pero los problemas para él fueron a más cuando, en el minuto 84, se produjo la trifulca entre jugadores de uno y otro equipo que acabó con la decisión de dar por finalizado el encuentro.

Al árbitro Reus le perforaron el tímpano en el Xilvar B-Son Ferrer que condujo a la huelga del colectivo

En ese momento se produjo una falta de un jugador del Porreres delante del banquillo del Pòrtol. Uno de los suplentes del equipo local recriminó la acción del jugador rival, al que llegó a coger por el cuello, lo que le costó la expulsión. Fue en ese momento cuando unas diez personas que seguían el duelo en la grada, entre ellos varios jugadores del Porreres sancionados de otros partidos, fueron a por el jugador del Pòrtol que agredió a su compañero, formándose una tangana entre jugadores de ambos equipos. Y aquí aparece la navaja. Un jugador del Pòrtol dijo al árbitro que uno de los sancionados del Porreres portaba un objeto punzante que solo el denunciante parece haber visto y que nunca ha aparecido. Para Joan Miquel Reus fue la gota que colmó el vaso para decidir suspender el partido en el minuto 84. Como que no vio la navaja, el colegiado no hizo ninguna mención en el acta.

Experiencia

No es la primera vez que Reus, pese a su juventud, se ve involucrado en problemas a la hora de dirigir. Además del mencionado Xilvar B-Son Ferrer del año pasado, también se vio obligado a suspender en el minuto 60, y con empate a uno en el marcador, el partido entre el San Roque y el Bunyola de Tercera Regional en mayo del año pasado por graves incidentes tras una dura falta de uno de los protagonistas. Las discusiones entre jugadores derivaron también en incidentes con agresiones entre el público. Joan Miquel Reus decidió suspender el encuentro.  

El Pòrtol, en la persona de su presidente Esteve Siquier, abogado de profesión, presentará alegaciones contra la suspensión del partido al sentirse perjudicado por la decisión del árbitro ya que su equipo iba perdiendo. Será el Comité de Competición de la Federació de Fútbol de les Illes Balears (FFIB) el que deberá dictaminar si se han de disputar los seis minutos que faltan más el tiempo añadido o da por finalizado el partido.

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