Madrid

Fútbol y literatura: nietos de Cervantes y sobrinos de Iniesta

El pasado fin de semana se midieron en el campo de La Chopera de El Retiro de Madrid las selecciones de fútbol de escritores de Alemania y España en un acto enclavado en la Feria del Libro de Madrid. Partido que puso el colofón a unos días en los que libros y fútbol tendieron puentes

Foto de familia de las selecciones de fútbol de escritores de Alemania y España en Madrid.

Foto de familia de las selecciones de fútbol de escritores de Alemania y España en Madrid.

Fermín de la Calle

Fútbol y literatura siempre fueron amantes clandestinos, pero desde hace unos años escritores y editores han salido del armario para visibilizar su pasión balompédica. El primer Nobel de Literatura africano, Wole Soyinka, jugaba de extremo hasta que colgó las botas "porque pasaba demasiado frío". Se lo reveló a otro poeta con querencia futbolera, el cordobés Antonio Agredano, quien este pasado fin de semana compareció en Madrid para hablar de los puentes culturales que tienden el balón y los libros. Aunque en realidad lo hacía para defender la portería de La Cervantina, la selección española de escritores y escritoras, que se medía a la de Alemania a propósito de la Feria del Libro de Madrid.  

Agredano es solo un miembro más de esta cuadrilla variopinta de poetas, editores, filósofos, periodistas y reporteros de físicos heterodoxos que defienden ese amor imposible entre el fútbol y la literatura. "No hay nada más literario que un empate. Un empate puede tener sabor a victoria, oler a derrota, puede ser épico, insufrible, merecido, injusto…", advertía en la Casa Árabe el rocoso Pablo García Casado, finalista del Premio Nacional de Poesía y conocido en el césped por su vehemencia defensiva.

Coloquio en el Instituto Cervantes sobre los libros de Fútbol en la Feria del Libro.

Coloquio en el Instituto Cervantes sobre los libros de Fútbol en la Feria del Libro.

Realidad y ficción

Para el deportivista Nacho Carretero, escritor y periodista entre partido y partido, "la realidad en el fútbol es tan increíble que a veces nos vemos obligados a ficcionarla porque es demasiado perfecta para que sea creíble". Sentado a su lado, en el Instituto Cervantes, asentía Emilio Sánchez Mediavilla, editor de Libros del K.O., además de escritor, que apostó en su día por visibilizar esa pasión futbolera en la colección ‘Hooligans Ilustrados’, el espacio que mejor ha maridado el binomio literario-balompédico. 

Los alemanes llegaban a Madrid liderados por el filósofo Wolfang Eilenberger, reputado pensador de talla internacional que lleva años gobernando el juego de los suyos con su zurda de terciopelo. Todo comenzó en 2003, cuando Italia desafió a los alemanes, invitación de la que nació su selección. Veinte años después se repitió el ritual, siendo España la desafiada por los teutones para medirse en la pasada Feria del Libro de Frankfurt, donde los de Cervantes se estrenaron con derrota (3-1). Por ello el partido de Madrid se encaró como una revancha ante la Mannschaft literaria. 

Debate sobre Fútbol y Literatura en la Casa Árabe.

Debate sobre Fútbol y Literatura en la Casa Árabe.

En la escuadra española, entrenada por Pedro Zuazua y capitaneada por el ‘perico’ Carlos Marañón, también lucían su buen pie la poeta vitoriana Carmen Berasategui y la santanderina Marta San Miguel, a las que se sumaba Irene Lozano, ex secretaria de Estado del Deporte y actual directora de la Casa Árabe. Para este segundo partido, la selección se reforzó con Jacinto Elá, ex jugador del Espanyol y autor de ‘Ulises: Diario de un Futbolista Pobre’, y el director de cine y escritor sevillano Chema Martínez, además de recuperar a dos bajas de última hora en Frankfurt, el citado Agredano y el que escribe. 

El partido evidenció que en los grises están los matices y que hay pocos campos más fértiles para construir relatos diferentes sobre un mismo acontecimiento que el fútbol. La Cervantina estrenó su casillero de victorias con un 5-2 en el que fue clave su banquillo y ese tiki-taca que ha abandonado la selección absoluta, pero sigue impregnando el juego del combinado letrado. También reseñable fue la participación como árbitro de otro escritor, el irreverente Edu Galán. 

Finalizado el partido, las disquisiciones balompédicas se trasladaron a la barra de una populosa taberna de Lavapiés donde los teutones dieron buena cuenta de los boquerones en vinagre, mientras las huestes cervantinas se decantaban por los torreznos. Se multiplicaron los brindis por Cervantes y Goethe, pero también por Manuel Vázquez Montalbán, Valdano, Villorio, Fontanarrosa o el mismísimo Camus.  

Selección española de fútbol de escritores.

Selección española de fútbol de escritores.

¿Se juega como se escribe?

La noche se extendió hasta los albores del domingo, jornada en la que varios de los escritores que pisaron el césped del campo de La Chopera en el parque de El Retiro, pasaron por la Feria para firmar ejemplares de sus obras a los entusiastas lectores que este año han llenado la Feria del Libro de Madrid. Y finalizó el fin de semana con ambas selecciones emplazandóse a un partido de desempate en territorio neutral, de lo cual convenimos que Mallorca sería el lugar óptimo. 

Durante los diferentes debates, coloquios y charlas que se desarrollaron alrededor de este evento literario-deportivo, se extrajeron algunas conclusiones que alcanzaron cierto grado de unanimidad entre los participantes. La primera, que "tanto el fútbol como los libros tienen la capacidad de retrotraernos a la infancia". Algo que Carmen Berasategui verbalizó con un delicioso verso de Dylan Thomas: "La pelota que arrojé cuando jugaba en el parque aún no ha tocado el suelo». La segunda afirmación que concitó el quorum general, más prosaica, advertía lo siguiente: "Si quieres conocer a una persona, juega al fútbol con ella". Sin embargo, esta última conclusión abrió otro debate acalorado y picante entre esta horda de escritores futbolizados o de futbolistas literalizados: ¿Se juega como se escribe?