VISSEL KOBE - BARÇA (0-2)

El homenaje del Barça a Iniesta en Japón

"Ha sido un día especial para mí. Quiero agradecer al Barça que haya hecho el esfuerzo de venir hasta aquí para estar solo 24 horas. Estoy muy feliz porque los aficionados han podido disfrutar de este espectáculo"

Andrés Iniesta.

Andrés Iniesta.

Marcos López

La noche en Tokio era lluviosa. Y Andrés Iniesta, que se está despidiendo de Japón, estaba embriagado de emoción. Antes incluso de que empezar el amistoso contra el Barça en el que Pablo Torre se lo pasó bomba. Dos minutos, dos asistencias, dos goles.

Al inicio, regaló un caramelo para Kessié (0-1, m. 16); luego entregó otro sirviendo un saque de esquina cabeceado cómodamente por Eric García, que aprovechó la debilidad defensiva del Vissel (0-2, m. 18). Llegado el minuto 80, Iniesta fue sustituido, hizo la reverencia al estilo japonés y Xavi, que se había levantado del banquillo, se fundió en un emotivo abrazo con su amigo, con el público ovacionando al genio de Fuentealbilla.

"Ha sido un día muy especial para mí. Siento Japon como mi casa y formará parte de mi vida para siempre". Iniesta, capitán del Vissel Kobe

"Ha sido un día especial para mí. Quiero agradecer al Barça que haya hecho el esfuerzo de venir hasta aquí para estar solo 24 horas. Estoy muy feliz porque los aficionados han podido disfrutar de este espectáculo", ha declarado un emocionado Iniesta nada más acabar el partido.

"Quiero agradecer el cariño y el respeto que me han mostrado a mi y a mi familia desde que llegamos aquí el primer día. Siento Japón como mi casa y formará parte de mi vida para siempre", ha añadido el exjugador azulgrana.

Era el segundo. Y al igual que el primero estuvo lleno de emoción. Iniesta ya se había estremecido al abrazarse con Xavi en el túnel de vestuarios del imponente Estadio Olímpico de la capital japonesa. Ese abrazo contenía toneladas de historia del Barça. Era, además, un inevitable viaje a la nostalgia del mejor tiempo nunca vivido por este club.

Tras el saludo de dos viejos amigos, empezó el partido que significaba el epílogo de la temporada azulgrana, la primera completa con Xavi en el banquillo que ha terminado con la Liga y la Supercopa en el Museo. Y de abrazo en abrazo con Iniesta

Después, rodeado por Valeria, Paolo Andrea, Romeo y Siena, sus cuatro hijos, se dirigía hacia el centro del terreno de juego portando a Olympia, la quinta, entre sus brazos.

Iniesta ya vivía con mucha emoción el partido. Y luego, ya en el mojado césped por la lluvía que caía sobre Tokio, se sintió feliz, disfrutando con la pelota, construyendo el juego de ataque del Vissel, que se marchó al descanso ya perdiendo (0-2).

Iniesta en una jugada de ataque del Vissel Kobe ante el Barça en Tokio.

Iniesta en una jugada de ataque del Vissel Kobe ante el Barça en Tokio. / EFE

Más de 50.000 personas asistían al amistoso con el que Barça despedía a Iniesta y cerraba la temporada. Un partido sencillo para el equipo de Xavi, que incrustó a Frenkie de Jong – lucía el brazalete de capitán – como central formando pareja en el eje con Eric Garcia.

Aparece Araujo en el césped

Julián Araujo, el defensa mexicano que ha participado en rúas, fiestas, despedidas y homenajes, debutaba, al fin, con la camiseta azulgrana. Ejerció el joven mexicano de lateral derecho y sufrió con la eterna técnica de Iniesta, quien dejó un par de acciones que levantaron el entusiasmo de los aficionados.

No encontraba Araujo la fórmula para frenar al capitán del Vissel, que disfrutó en la primera mitad acelerando al borde del área. Pero topó el equipo japonés con el acierto de Iñaki Peña, el guardameta que dejó tres buenas paradas justo antes de llegar al descanso

Debutan Pau Prim, Dani Rodríguez, Héctor Fort, Marc Guiu y Unai Hernández

Xavi, por su parte, abrió la puerta del primer equipo a dos juveniles que deslumbran en La Masia: Pau Prim, ese medio centro creativo, y Dani Rodríguez, un extremo ubicado en la banda derecha. El dominio inicial azulgrana, reflejado en los dos goles, se fue diluyendo con el paso de los minutos, resistiendo gracias a las paradas de Iñaki Peña.

Adquiría, en cambio, mayor protagonismo Iniesta, quien se sintió feliz asomándose al área con peligro. Ya fuera con pases ‘iniestanos’, quebrando a la defensa, o con un par de inquietantes disparos.

En la segunda parte, Xavi revolucionó el equipo introduciendo hasta seis cambios, incluidos los jóvenes Héctor Fort, que se movió por la banda derecha de la defensa desplazando al mexicano Araujo a la izquierda, y Marc Guiu, mientras Iniesta seguía a lo suyo, dibujando regates y jugadas en la frontal del área azulgrana tejiendo una exquisita sociedad con Sergi Samper, otro exazulgrana.

El Vissel seguía intentando el gol. Un gol que no llegaba porque fallaba el cuadro japonés en la definición, mientras Pablo Torre, antes de ser sustituido, dejaba otro córner buenísimo para que Marc Guiu, el joven delantero (17 años), firmara un gran remate. Poco a poco, el ritmo del encuentro caía al tiempo que Xavi le daba un recuerdo para toda la vida a esos juveniles que jamás olvidarán la noche de Tokio donde debutaron con el primer equipo del Barça.

Justo cuando Iniesta prepara sus maletas para seguir jugando. El 'ocho' fue sustituido en el minuto 80. Nada fue casual en Tokio. Y con 39 años, sin signos de apagarse esa pasión por el fútbol que oculta su cuerpo, está haciendo las maletas en Japón. ¿Para ir dónde? Aún no se sabe. Pero quiere seguir en el césped. Se llevará de recuerdo una camiseta que le regaló el Barça, firmada por todos los azulgranas. Con el ocho, claro.