La retirada de una leyenda

Entrevista a Ona Carbonell: "De mi legado, me importan más los valores que he transmitido que las medallas"

Menorca le regaló el amor por el mar y de ahí nació su pasión que la llevó a colgarse más de 92 medallas internacionales en natación sincronizada

Ona Carbonell en su casa durante la entrevista con El Periódico.

Ona Carbonell en su casa durante la entrevista con El Periódico. / ANNA MAS

Laia Bonals

Ona Carbonell se enamoró del agua en la calas de Menorca. La pequeña isla a la cual va desde que es muy pequeña le regaló el amor por el mar. De ahí nació su pasión que la llevó a colgarse más de 92 medallas internacionales en natación sincronizada. Una semana después de anunciar su retirada de la piscina, la ya exnadadora atiende a EL PERIÓDICO DE CATALUNYA, del grupo Prensa Ibérica, en su casa para echar la vista atrás y reflexionar sobre su carrera, la maternidad y sus nuevos retos vitales.

Ya han pasado unos días de su acto de despedida. ¿Cómo lo vivió?

Fue un acto muy bonito, tal y como lo había imaginado. Yo quería que fuera una fiesta para celebrar todo el que he vivido gracias al deporte. Muchas personas no pueden escoger cuando se retiran y se ven obligadas a dejarlo. Yo tuve la suerte de poder escogerlo y estar feliz con la decisión. Por mí era un día en el que tenía ganas de dar las gracias a todas las personas que me han hecho crecer como deportista y como mujer.

¿Cómo toma la decisión de retirarse?

En mi caso fue todo muy natural y orgánico. Después de ir a Tokio, me quedé embarazada y después de pasar por todo el embarazo y volver a entrenar vi que no me hacía tan feliz estar todo el día al agua y no me motivaba tanto. Cuando buscas la excelencia, o lo haces al mil por mil o no merece la pena. Físicamente, podría haber seguido, pero ya no tenía tantas ganas e ilusión para estar todo el día en el agua. Desde pequeña me dije que el día que la motivación no fuera máxima, lo dejaría. Para ser la mejor del mundo tienes que dedicar mucho esfuerzo y pasión, y si algún día mi pasión disminuía, sabía que sería el momento y así lo sentí. Es igual de importante saber cómo empezar que saber cómo acabarlo. Hace un par de meses dije al equipo que lo dejaba para que pudieran planificar y preparar una nueva etapa sin mí.

¿Cómo fue aquella reunión con el equipo?

Se lo podían imaginar, pero, como que yo también estoy medio loca, pensaban que les diría que aguantaría hasta los Juegos de París. Estaban entrenando y una vez salieron del agua se lo expliqué. Hubo lágrimas y abrazos, pero también creo que es bueno para ellas que empiecen una nueva etapa.

Ona Carbonell en su casa durante la entrevista con El Periódico.

Ona Carbonell en su casa durante la entrevista con El Periódico. / Anna Mas

Era su referente y acabó compartiendo piscina con ellas. Deja un gran legado, no solo por las medallas.

Me siento responsable por los valores que he transmitido y el día a día que te aporta el deporte: la importancia de llegar puntual a la piscina, ser educada, ser respetuosa con el rival, la humildad, el esfuerzo, el trabajo en equipo… Cada vez estamos en una sociedad donde todo es más inmediato, y nos encontramos que en las nuevas generaciones les cuesta tener que trabajar 4 años por unos Juegos Olímpicos donde te lo juegas todo en 3 minutos. Para mí esta es la magia del deporte, y prepararte mentalmente y físicamente, por eso te da unas herramientas brutales para la vida. Transmitir esto a las nuevas generaciones para mí es un reto y un deber, más que los éxitos que haya conseguido, que son un trámite para mí.

¿Cómo ha ido creciendo a nivel personal?

La experiencia es un grado. De pequeña me costaba aceptarlo, me decían que frenara y me tomara el tiempo necesario, pero soy muy competitiva y luchadora. La madurez y la maternidad me han dado otras perspectivas para entender el deporte de una manera diferente y no ofuscarme si no me salen las cosas o me ganan, porque quizás es parte del camino. En este sentido, he ido cambiando con el tiempo, pero hasta el día de la retirada la ambición siempre ha sido la misma.

La maternidad me ha dado otra perspectiva para entender el deporte

¿Cuándo le llega el deseo de ser madre? 

Nunca he sido de esas que desde pequeña quería ser madre. Pero hace unos años sí que me hacía ilusión y con Pablo llevamos ya 13 años juntos. Es mi única pareja, mi única relación estable que he tenido y desde muy pequeña. Quieras o no ya lo habíamos hablado muchas veces y debido a la dificultad de conciliar en el mundo del deporte lo había ido retrasando, por eso este es uno de mis retos fuera de la piscina pero dentro del mundo del deporte. El luchar por la conciliación, visibilizarla y conseguir herramientas para que sea real y que la palabra conciliación no se coja con pinzas. Hacía años que quería ser madre y lo fui retrasando hasta que dije ya. 

¿En qué momento decidió dar el paso? 

Yo estoy convencida de que se puede conciliar, y yo soy un ejemplo. Y no solo yo, sino muchas deportistas que lo han hecho. Tenemos que reivindicar y visibilizar eso. En mi caso no ha sido tanto eso de: "no puedo hacerlo por el deporte o esto me pone obstáculos". Ha sido más a raíz de una falta de pasión por la sincronizada y mucha pasión por la familia y otros nuevos retos. He pasado los dos primeros años de Kai (su hijo) en el agua y también tengo nuevos retos y quiero vivirlos. He sido fiel con mis valores: si ya no me mueve tanto la sincro paramos aquí. Es difícil conciliar y creo plenamente en que tenemos que cambiar cosas para que sea más real. Se puede, pero hay muchas dificultades. Y ese es mi reto.

Ona Carbonell en su casa durante la entrevista con El Periódico.

Ona Carbonell en su casa durante la entrevista con El Periódico. / Anna Mas

¿Qué obstáculos se encontró? 

Yo reivindico desde una posición de privilegio, y sintiéndome afortunada y siendo consciente de esto. Yo he tenido estabilidad y ayuda en casa, una beca, apoyo de la Federación y confianza por parte de mi entrenadora y mi equipo de trabajo. Pienso que una de las cosas más importantes, y no es una cosa económica, es no sentirte juzgada por la sociedad y apoyada y con la confianza hacia tu entorno. Yo soy consciente que en todas las profesiones, uno de los hándicaps que tenemos las madres que conciliamos es sentir este apoyo.

¿Y a nivel médico? 

Es muy importante tener profesionales que te acompañen en el embarazo y el postparto. Solo que consiguiéramos tener los profesionales y que estén bajo el paraguas de las becas, ya sería un gran triunfo. Que haya guarderías en Centros de Alto Rendimiento es básico. ¿Si tú tienes que ir con un bebé dos meses a Sierra Nevada a entrenar, cómo lo haces? Hay mucho trabajo por hacer, pero estamos en el camino. Por suerte hemos creado la Comisión de Maternidad y Deporte en el Comité Español, de la cual soy la presidenta. Estamos haciendo mucho trabajo y estoy orgullosa. Ojalá de cara a los JJOO de París hayamos cambiado alguna cosa, pese a que es muy difícil. 

Justamente en los Juegos Olímpicos de Tokio fuiste protagonista por denunciar que no te dejaban combinar la competición con la lactancia de tu hijo.

Poco a poco he ido siendo la abanderada de la conciliación en el deporte, pero sin buscarlo. Tuve muchas dificultades para llevarme el niño a Tokio y dar de pecho. Hice un vídeo que me grabó mi madre y cuando lo colgué salió en todas partes: BBC, New York Times, Washington Post... Entonces vi que quizás sí que interesa más del que pensamos. ¿Por qué no lo visibilizamos y ponemos herramientas para mejorarlo? Hay mucha gente que se está uniendo en esta lucha porque hasta ahora nadie había explicado las historias de deportistas que han sido madres y se tienen que explicar, porque son reales y hay que hacer entender que las mujeres puedan con esto y mucho más.

Ona Carbonell en su casa durante la entrevista con El Periódico.

Ona Carbonell en su casa durante la entrevista con El Periódico. / Anna Mas

Siendo madre y deportista, ¿cómo de importante es cuidarse una misma para mantenerse a este nivel tantos años?

Es básico, por eso lo puse en valor el día de mi retirada. Creía que lo tenía que explicar y visibilizar la importancia de la salud mental. El deporte de élite tiene una exigencia muy alta en cualquier entorno, ya sea la piscina, el campo, la pista, etc. Nosotros mismos nos exigimos, pero se tiene que cuidar y poner en valor a la persona. Creo que se pueden conseguir los mismos éxitos cuidando más el componente humano. Es muy importante pedir ayuda de profesionales, ir a psicólogos, psiquiatras si hace falta… En el deporte tratas con personas muy jóvenes con muchos nervios y presión y es muy delicado. Se tiene que cuidar.

¿Y ahora qué? ¿Cuáles son sus nuevos proyectos?

¡Tengo mucho trabajo! Estoy creando mi colección de bañadores hechos con plásticos reciclados del mar. Estoy en la comisión de maternidad y deporte, también haciendo una sección de gastronomía en TVE. No paro. De hecho, me gustaría parar algo más, porque desde los 14 años estoy trabajando diez horas en el día y también encuentro que necesito mis momentos. Ahora iremos a Menorca dos meses y no pienso coger el teléfono, porque necesito desconectar.

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