El inicio de la ronda italiana

Empieza el Giro de Italia: las claves del duelo Roglic-Evenepoel

Comienza la temporada de ciclismo de mano del Giro de Italia y tendrá su punto culminante con el Tour, que será del 1 al 23 de julio

Remco Evenepoel (izquierda) y Primoz Roglic, en la Volta.

Remco Evenepoel (izquierda) y Primoz Roglic, en la Volta. / LA VOLTA

Sergi López-Egea

El ciclismo actual vive de duelos y hasta da la impresión de que una carrera ciclista en concreto sólo la disputan dos corredores. Si ya son muchos los que cruzan los dedos esperando que no haya ninguna complicación en la muñeca que Tadej Pogacar se rompió camino de Lieja y pueda medirse con Jonas Vingegaard en el Tour; el Giro, que empieza este sábado en los Abruzos con una contrarreloj de 19 kilómetros por un carril bici, se presenta como una carrera para dos, mientras el resto debe contentarse en mirar lo que hacen y cómo lo hacen, nada menos que Primoz Roglic y Remco Evenepoel.

Salvo caída, enfermedad o una sorpresa más monumental que la ciudad de Roma donde acaba la prueba el domingo 28 de mayo, el Giro 2023 se contempla bajo el influjo de un veterano que comenzó a colocar Eslovenia en el universo ciclista y un joven rebelde a quienes los belgas ven como la viva reencarnación de Eddy Merckx. “Soy como el buen vino, contra más viejo me hago, mejor soy”, declaró entre sonrisas Roglic en la presentación de equipos de la carrera. A los 33 años se enfrentará a un corredor que con diez menos podría ser su hermano pequeño.

"Soy como el buen vino, contra más viejo me hago, mejor soy", Primoz Roglic

Y, ¿cuál mejor? ¿Quién es superior en la contrarreloj y está preparado para tumbar al otro en las tres etapas de la especialidad programadas? Evenepoel, en el único precedente entre ambos -etapa de Alicante de la Vuelta 2022- pasó sobre Roglic como una apisonadora, pero el corredor esloveno llegó a la ronda española renqueante de las heridas que lo obligaron a abandonar el Tour y no entró en forma hasta finales de la segunda semana, antes de que otra caída, en Sevilla, lo apartase de la carrera, con lo que no hubo cuerpo a cuerpo entre los dos corredores.

El menú de contrarreloj

Sin embargo, Roglic es el actual campeón olímpico de contrarreloj. “No será nada fácil”, reconoció Evenepoel recordando que su rival tiene la medalla de oro de Tokio guardada en casa, en un Giro que, a diferencia del Tour y la Vuelta, apuesta por este tipo de etapas con 72 kilómetros en el menú y hasta una cronoescalada, a un día de Roma (sábado, 27 de mayo), que debe dictar la sentencia definitiva, si no se ha hecho antes, en las cuestas del Monte Lussari.

En este ciclismo que ahora toca vivir, cada carrera de tres semanas tiene protagonistas diferentes. Roglic y Evenepoel, en el Giro; Vingegaard y Pogacar, en el Tour, y unos favoritos todavía inciertos en la Vuelta. Nadie afronta los retos del doblete como hizo, por ejemplo, Miguel Induráin, al ganar en Milán y París, en 1992 y 1993. Nadie se atreve. Alberto Contador fue el último. En 2015 ganó el Giro, pero no pudo con el Tour.

Las Tres Cimas de Lavaredo y Merckx

Si las tres contrarrelojes serán algo más que decisivas, la montaña quita el hipo, concentrada en la tercera semana con cuatro cumbres de aúpa, sobre todo la subida a las Tres Cimas de Lavaredo, en los Dolomitas (viernes, 26 de mayo), donde todavía hay restos de las marcas de las ruedas de la bici de Eddy Merckx, que recuerdan la prodigiosa hazaña del mito belga en 1968, en el primero de los cinco Giros que ganó.

A diferencia del Tour y de la Vuelta, que dosifican las dificultades durante las tres semanas, en Italia concentran toda la dureza al final, con algunos fuegos artificiales entre medio (por ejemplo, la subida al Gran Sasso, en la séptima etapa, y a Crans Montana, en Suiza, a la 13ª), El Giro se convierte en una bestia humana en la fase final, con el deterioro físico al que llegan los corredores; un Roglic que ya perdió el Tour a un día de París (2020, ante Pogacar) y un Evenepoel que todavía no se ha examinado en puertos de primerísimo orden, como los Alpes dolomíticos, donde se encarrilan puertos de forma consecutiva.

"Estoy en mi peso ideal y solo percibo buenas sensaciones", Remco Evenepoel

Antes de subir a las Tres Cimas de Lavaredo se deben superar el Passo Campolongo, el Passo Valparola y el famoso Passo Giau; a excepción del primero, todos a más de 2.000 metros de altitud, donde se puede perder un Giro por más que se lleve el apellido Roglic o Evenepoel.

Solo siete españoles

“Estoy en mi peso ideal y solo percibo buenas sensaciones. Tras la Volta (acabó segundo) mis dudas en la montaña con Roglic desaparecieron por completo”, ha dicho Evenepoel. El duelo está servido con solo siete españoles en escena -Carlos Verona es el mejor preparado- pero sin opciones de acabar la carrera vestidos de rosa.

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