Tangana en la Euroliga

"Lo de Yabusele es de cárcel": las consecuencias del lamentable 'pressing catch' en el Madrid-Partizan

El ala-pívot francés del Real Madrid lesionó a Dante Exum durante la refriega: "Le podría haber roto la columna", clama el médico de Partizan | Llull, cuya antideportiva originó la trifulca, pide perdón: "Lo de anoche no debe ocurrir más en una cancha de baloncesto"

Tangana entre los jugadores de Real Madrid y Partizan.

Tangana entre los jugadores de Real Madrid y Partizan.

Denís Iglesias

La batalla campal que protagonizaron el Real Madrid y el Partizan de Belgrado en la cancha del Palacio de los Deportes formará parte de la hemeroteca negra de la Euroliga para siempre: 21 expulsados, Yabusele lesionando a Exum con una llave de judo y para el que los médicos serbios piden "una suspensión de por vida" y el equipo blanco queriendo jugar a puerta cerrada el tercer partido en un Stark Arena que de por sí es una caldera. Todo esto, a falta de conocer las sanciones de una noche para olvidar, donde el resultado final, que condena a los de Chus Mateo, es lo de menos.

¿Por qué se originó la batalla campal?

A falta de 1:40 para el final del partido, una dura falta de Sergio Llull, del Real Madrid, a Kevin Punter, del Partizan, prendió la mecha para la guerra. Lo que iba a saldarse con una antideportiva provocó la ira del base visitante, que amenazó al local con el puño en alto. De repente, todos los jugadores, tanto los que estaban en pista como los del banquillo, se vieron envueltos en un mar de golpes.

La situación se fue de control, con la ira de la grada del WiZink, donde estaba, entre otros, Raúl González, entrenador del Real Madrid Castilla y quien aparece encarándose con Punter en los vídeos de la pelea; o Stefan Savic, del Atlético, presente en un sector de aficionados serbios que casi se viene abajo con la tángana.

Hasta 21 faltas descalificantes y final del partido

Cuando se pusieron en 'stand by' los ánimos, los árbitros decidieron dar por concluido el partido a 1:40 para el final tras decretar 21 faltas descalificantes a jugadores, dos técnicas a banquillos y dos antideportivas, lo que dejaba a ambos equipos sin efectivos disponibles para jugar. Sanciones para todos, a excepción de Poirier, que ya estaba fuera por faltas, Leday y Sergio Llull, quien en la mañana después de los altercados pedía perdón.

"Lo de anoche no debe ocurrir nunca en una cancha de baloncesto. Asumo mi responsabilidad por hacer esa dura falta que desencadenó el desastre posterior. Mis disculpas a todos los aficionados al baloncesto", aseguró el balear a través de sus redes sociales. Si se rebobina en el partido, Punter y Llull protagonizan una jugada meramente deportiva donde el estadounidense se sale con la suya deportivamente. El golpe que desató la algarada recordó la agresión del galo Batum al español Juan Carlos Navarro en los Juegos Olímpicos de 2012.

"Yabusele a prisión" y Exum lesionado para lo que queda de curso

Más allá de Punter y Llull, por los que pasa el inicio de la trifulca, la acción más denigrante del combate es la que protagonizó el ala-pívot Guerschon Yabusele. El francés le hizo una llave de judo a Dante Exum con una maniobra similar a la técnica soto-makikomi. "La forma en que lo tiró... ¡Eso es para ir a prisión y, por supuesto, para la suspensión de por vida! Le podría haber roto la columna, lesionado gravemente la cabeza y terminado con su carrera. Fue terrible, no había visto en mi vida", afirmaba el médico de Partizan.

A falta del diagnóstico definitivo, según informó la prensa serbia, Exum fue examinado en el vestuario del Palacio, donde en una primera exploración se le detectó "una rotura en el tendón del segundo dedo del pie", lo que le ha obligado a ir en muletas de vuelta a Belgrado, "además, también se lesionó el labio superior" por los golpes recibidos. Rudy Fernández acudió a interesarse por él después de la tormenta, cuando estaba sentado junto a una valla publicitaria, ya sin zapatillas.

Kevin Punter, del Partizán de Belgrado, y Sergio Llull, del Real Madrid, se levantan la mano.

Kevin Punter, del Partizán de Belgrado, y Sergio Llull, del Real Madrid, se levantan la mano.

"El Madrid querrá jugar a jugar a puerta cerrada"

Las consecuencias de la batalla campal colearán durante años y son varias las voces que piden la expulsión de Yabusele de la disciplina blanca, por lo que consideran como un gran daño reputacional. Tuvo que intervenir hasta la familia del francés para atajar la violencia. El Palacio de los Deportes transformado en ring de boxeo se ha convertido en el centro de las miradas del deporte mundial. Como añadido, el Real Madrid, pero sobre todo Chus Mateo, están contra las cuerdas. Nadie en la historia de la Euroliga ha remontado un 0-2 en contra.

Todavía puede ser peor. Tras ver la sangre correr, las hinchadas de cada uno de los equipos espolearon a los suyos. Queda, por lo menos, un tercer partido en esta eliminatoria de cuartos. Tendrá lugar en el Stark Arena, un pabellón que ya es una caldera sin necesidad de estos antecedentes. "El Real Madrid quiere que el partido de Belgrado se juegue sin público", aseguraba Malcolm Delaney, base estadounidense con larga carrera en Europa. Ni así lograrían calmarse los ánimos ni se saldarían las múltiples cuentas pendientes que quedan tras una vergonzosa batalla televisada que aleja del profesionalismo a sus protagonistas.