MotoGP

Joan Mir y Marc Márquez deberán jugarse la vida para pelear por el podio en MotoGP

A doce días del comienzo del Mundial, en Portugal, el mallorquín y el catalán están muy lejos de los mejores con su Honda y no esperaban una decepción de este calibre

Joan Mir encara una curva de derechas en el autódromo internacional del Algarve.

Joan Mir encara una curva de derechas en el autódromo internacional del Algarve. / Honda Repsol

Emilio Pérez de Rozas

Se han cumplido todos los temores. Como sospechaba todo el mundo, incluidos los componentes del equipo Repsol Honda, la fábrica japonesa, campeonísima del mundo en la más grande categoría y en todas las épocas, no ha hecho bien su trabajo en invierno.

La Honda RC213V con la que, el mallorquín Joan Mir y el catalán Marc Márquez, arrancará, la próxima semana, en Portimao (Portugal), el Mundial 2023 de MotoGP, es una prolongación, con retoques, con un chasis diferente (pero ineficaz, insuficiente), cinco alas y algún que otro detalle, de la que ya decepcionó al campeonísimo de Cervera (Lleida), ahora residente en Madrid, en el último test del 2022, en Cheste (Valencia), y en el debut de la presente temporada, en Sepang (Malasia), hace algunas semanas.

Márquez, que tiene contrato en vigor hasta finales del 2024, sigue siendo el joven, el piloto, el campeón más agradecido que existe en la parrilla de MotoGP y, el domingo, en Portimao, se mordió la lengua. Es más, muchos creen que le ha concedido a Honda tres carreras (Portugal, Argentina y EEUU) hasta llegar a Jerez (30 de abril) para que demuestre si son capaces de mejorar (mucho) esa moto. Hay quien dice que, probablemente, en el regreso a Europa, la firma alemana Kalex tenga terminado el nuevo chasis que le encargó Honda. Mientras, Márquez, que ha vuelto a ser físicamente el que era después de un año de enorme sacrificio e incertidumbre, que está en condiciones físicas y mentales de volver a pilotar como en el fabuloso 2019, se muerde la lengua y medita si vale la pena jugarse la vida para meterse entre los cinco primeros de la parrilla y pelear por el podio. Ese es el riesgo que, a día de hoy, después de comprobar y reconocer que «la Honda no está, ahora, ni para ganar ni siquiera para pelear por el podio», debe decidir MM93. 

"En estos momentos hay siete u ocho pilotos más rápidos que yo por lo que es impensable pensar en ganar o en subir al podio", afirma Márquez

Es evidente que ni Márquez, ni Alberto Puig, ‘team manager’ del equipo Repsol Honda, esperaban una decepción de este calibre. En el mejor de los casos, «la mejor que he vivido esta pretemporada», Márquez, líder de Honda y el mejor piloto de la firma alada en Portimao, acabó 14º, (Mir el decimotercero) a casi un segundo del campeón ‘Pecco’ Bagnaia y su Ducati, que estableció un nuevo récord del trazado portugués, con un tiempo de 1.37.968. Peor aún, Bagnaia rodó 8 de sus últimas 10 vueltas en ese crono.

Más castigo aún. «En estos momentos, hay siete u ocho pilotos más rápidos que yo y, por tanto, es muy difícil plantearse ganar o subir al podio». Más aún: en Portimao, siete Ducati acabaron entre los 8 primeros puestos. Lo que ya era una realidad en el 2022 (si no tienes una Ducati, no ganas) se ha reforzado aún más en el arranque del 2023. La prueba está que Àlex Márquez, que ha cambiado Honda por Ducati, acabó sexto tras dos caídas.

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