C.B. Llucmajor: 50 años de una casual coincidencia

Se cumple medio siglo del ascenso del club llucmajorer a Tercera Nacional (1972-73) justo cuando el Palmer Basket le toma el relevo

Formación del equipo llucmajorer durante su militancia en Tercera Nacional 1974.

Formación del equipo llucmajorer durante su militancia en Tercera Nacional 1974. / Lorenzo

Francesc Verdera

Ejercer de abuelo. Mi nieta, de 5 años, daba sus primeros pasos, saltos y volteretas en sus inicios con la gimnasia rítmica. Inevitable y obligada visita al Municipal de Deportes de Llucmajor. Un súbito estruendo de bocinas, cánticos y gritos silencia la música que acompaña a las gimnastas primerizas. En el vecino pabellón, un animado partido confirmaba la vuelta del baloncesto de categoría nacional a Llucmajor cuando se cumple medio siglo del lejano y añorado ascenso del C. B. Llucmajor a la Tercera División Nacional en la temporada 1972-73. El Palmer Palma ha tomado el relevo y disputa la liga EBA en el renovado pabellón llucmajorer.

Junto al más importante logro del baloncesto llucmajorer, también se cumplen 50 años de mi primera crónica de básquet. ¿Casualidad o coincidencia? Recordar es revivir algunos de los momentos de una, ya larga, historia. Un corresponsal de la part forana, futbolero de siempre, debuta en el mundo del básquet de la mano del maestro y mejor amigo Tomeu Garcías. Años después compartimos más de 30 años en la redacción de Diario de Mallorca.

Las reseñas y el espacio informativo crecían por las buenas actuaciones del equipo llucmajorer y contaban con el gráfico complemento de las fotografías del colega, y también amigo, Lorenzo Frau. Gol, penalti o fuera de juego eran sustituidos por los tiros a canasta (todos eran de dos), personal o pasos. Años después, gracias a la ayuda de muchos amigos y colegas pude narrar finales de competiciones: Copa del Rey (perdón, del Generalísimo), de Europa, Campeonato del Mundo Junior o amistosos de selecciones nacionales, que entonces tenían lugar, con notable frecuencia, en la pista del palmesano Son Moix.

La aventura del básquet llucmajorer arrancó por casualidad el 10 de abril de 1965 en Campos: Un grupo de escolares acudía a la vecina localidad a disputar un encuentro de balonmano que, sorpresivamente, se convertía en uno de baloncesto. La mayoría de protagonistas del cambio de porterías por canastas, también lo serían de ascenso, ocho años después. Miquel Martí, entrenador y jugador, Antoni Cantallops, Miquel Gual, Tomás Cantallops, Antoni Moragues, Ramón Nadal, Bartomeu Miralles, Joan Gamundí, Damià Coll, Miquel Albertí y J. Llompart lograban, tras ser Campeones de Mallorca seniors, el ascenso a Tercera Nacional en una eliminatoria de infarto frente al Boscos de Ciutadella.

El casual estreno de Campos daría paso a la calidad y a una mayor dedicación. Entrenadores formados, a inicios de los 70, en los cursos impartidos en Palma (lejos quedaban los omnipresentes campus actuales) por el seleccionador nacional Díaz Miguel. Amigo Antonio, allí donde estés, recuerda que tenemos un partido de tenis pendiente y dirimir quién es el pagano de las cervezas. La progresiva mejora de técnicos y jugadores colocaría al baloncesto llucmajorer a velocidad de crucero con dos temporadas (73-74 y 74-75) en categoría nacional e invictos en casa.

La plantilla del ascenso: Antoni Martí, Canet, Carbonell, Carrillo y Ferrer, entre otros, ejecutaba sobre la pista descubierta la pizarra de Francisco Bonnín y Joan Cañellas. En la trastienda, Damià Font y Mateu Gamundí conseguían el milagro: los recursos económicos que mantenían a flote el proyecto deportivo. Y casualidad o coincidencia. Bloc y bolígrafo en mano fui testigo, junto a la mesa de anotadores, de los encuentros. También aprendí a interpretar las, para mí, entonces complicadas actas del básquet. En 1975, la Española cerró el grifo de las ayudas. La falta de subvenciones y de recursos propios obligaría al C. B. Llucmajor a tirar la toalla en categoría nacional.

Ex jugadores, ex directivos, aficionados y firmas comerciales han mantenido encendida la antorcha del básquet, de base y competición, hasta la actualidad en que el Palmer Palma ha tomado el relevo. Disputa la Liga EBA y da cobijo a 19 equipos con unos doscientos jugadores y jugadoras en sus plantillas en unas fechas que, no por casualidad, se cumple medio siglo de aquel lejano ascenso que marcaría también un primer paso hacia la treintena de años de vida, personal y profesional, en la redacción de Diario de Mallorca.