Opinión

Minuto 91: Estrada, ¿tienes algo contra el Mallorca?

El árbitro de la sala de videoarbitraje es un consumado maestro en pasar por alto las salvajes entradas contra jugadores rojillos, la última, a Grenier el sábado

Grenier es entrado en falta por Alcaraz en el Cádiz-Mallorca del sábado.

Grenier es entrado en falta por Alcaraz en el Cádiz-Mallorca del sábado. / Efe

Ricard Cabot

Ricard Cabot

Estrada Fernández es reincidente. Reincidente contra el Mallorca. Existe unanimidad en que la labor de los árbitros es muy complicada. Examinados por cientos de miles de ojos, el colegiado de turno ha de decidir siempre en una décima de segundo. Y puede equivocarse. Pero desde la aparición del VAR su porcentaje de error ha disminuido de forma considerable. O eso parecía. No en el caso del ya exárbitro catalán, que sigue equivocándose con unas cuantas pantallas delante y tras visionar cuantas veces quiera cada jugada.

El videoarbitraje se supone que llegó para impartir justicia.

Pero por su mal uso se imparte menos. Se puede entender que sobre el terreno de juego, el árbitro, De Burgos Bengoetxea en el Nuevo Mirandilla, no perciba la gravedad de la entrada de Momo sobre Grenier a los siete minutos. Pero para esto está el VAR. Para esto está Estrada Fernández, para percatarse de la falta por detrás al talón de Grenier, que no acabó con el francés en el hospital porque Dios no quiso. Es imposible no verlo, o no querer verlo, o no darle la importancia que tiene, que es mucha. Nula para el árbitro, que no mostró ni amarilla. Por eso no se entiende que, como mínimo, Estrada tuviera alguna duda y aconsejara al árbitro a ver la acción en el monitor. Eso sí, en la mano de Valjent que acabó en penalti, que lo fue, sí llamó a De Burgos Bengoetexa.

Y es reincidente porque el 20 de febrero

del pasado año, en el Betis-Mallorca, y también cómodamente instalado en la sala VOR, no advirtió a Soto Grado de la violenta entrada, con tijera incluida, de Víctor Ruiz a Galarreta que, esta vez sí, acabó con el jugador mallorquinista en el hospital con una rotura de ligamentos cruzados. Como el sábado, la acción ni siquiera mereció tarjeta amarilla. 

Dicho esto, el Mallorca se ganó a pulso la derrota

ante un Cádiz que se tomó el partido mucho más en serio que su rival. En Primera no se puede entrar al campo con la empanada mental de los de Aguirre, que a los diez minutos ya iban por debajo en el marcador. La situación es de una relativa tranquilidad, todavía, pero espera un mes de febrero muy exigente, con Real Madrid, Sevilla, Villarreal y Espanyol, que obliga a sumar para que la calma no se convierta en nervios.

Kang está enfadado. Sin motivo, habría que añadir. Ha dejado de seguir por Instagram al club que le paga

Kang está enfadado.

Sin motivo, habría que añadir. El surcoreano ha reaccionado como un niño, dejando de seguir en Instagram al club que le paga. La ecuación en este caso es sencilla: el club que le quiera, que pague la cláusula. Esto lo saben los agentes del jugador, que no han hecho más que marear la perdiz. 

Djokovic, un gran campeón

Ante exhibiciones como las que ha ofrecido en las últimas dos semanas, solo cabe felicitar al balcánico, nuevo número uno del mundo tras su victoria en el Abierto de Australia, la décima, con lo que iguala los 22 grandes de otro grande, Rafel Nadal. El dominio de estos dos monstruos del tenis no tiene parangón. Durante los últimos tres lustros, casi dos décadas, junto a Federer han dominado el circuito. Y lo siguen haciendo. El próximo Roland Garros se presenta apasionante. ¿Quién sumará antes el título 23?

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