Han pasado cuatro días desde que se proclamara campeón de Europa de Stock 600, pero Marco Tapia (Palma, 2007) todavía no es muy consciente del logro desbloqueado. “Poco a poco creo que voy aterrizando”, reconoce risueño. “Es que hemos conquistado un Europeo y eso, evidentemente, es algo muy importante”, confiesa ante la atenta mirada de su familia y el resto de alumnos del Centre de Tecnificació, reunidos este mediodía en el Varadero de Palma para festejar su triunfo.

Pese a su juventud, solo tiene 15 años, Tapia tiene claros sus objetivos y también es muy consciente del largo camino que le queda por delante. “¿Mi idea el año que viene? Estamos mirando de pasar al Europeo de Moto2, estar allí dos o tres años y aprender porque, si todo va bien, me gustaría dar el salto al Mundial en esa categoría. Sería, lógicamente, una manera de llegar con experiencia y preparado. Tengo muy claro que esto es un proceso de aprendizaje”, señala.

Marco Tapia, hoy en el Varadero del Port de Palma. E.G.

“Debido a mi complexión física, lo lógico es que intente seguir la trayectoria que en su día tomó Augusto. He tenido que tirar por las motos grandes, ya que en las pequeñas ya me estaba costando bastante poder adaptarme a correr en ellas. Hemos decidido coger este camino y por el momento ha ido bien”, reconoce sobre su intensa trayectoria.

Por delante tiene ahora dos o tres años de duro aprendizaje. El Mundial ha limitado la edad mínima para participar en el mismo y, hasta los 18 años, los pilotos tienen que esperar su oportunidad. Eso les permite llegar mejor formados, una condición que Tapia considera acertada: “Entiendo que en el Mundial quieran empezar a implantar limitaciones de edad, es lógico que se preocupen por la seguridad de los pilotos. Que no pueda entrar a competir hasta los 18 años para mí no es un problema porque me da más margen de mejora. Quizás hay pilotos que sí les pueda perjudicar, pero a mí, teniendo en cuenta el camino a seguir, no es algo que me perjudique”.

Entre los pilotos que han felicitado al palmesano por su campeonato de Europa se encuentran Joan Mir, Augusto Fernández e Izan Guevara, un gesto que Marco agradece enormemente. “Para mí es un honor porque, aunque sí que es verdad que he estado con ellos desde pequeño, una vez llegan al Mundial se convierten para todos nosotros en un referente y, que se sigan acordando de uno, es un placer”, admite.

Tapia junto a su madre, Sensi, su padre, Manolo, y su hermana, Maria. E.G.

El piloto palmesano es solo un ejemplo más del gran trabajo que se está realizando, día tras día, en el Centre de Tecnificació de les Illes Balears, de donde han salido ya dos campeones del mundo, y donde apuntan maneras muchos otros: “Es verdad que la gente de abajo está subiendo muy rápido. Yo lo veo día tras día en la escoleta. Hay pequeñajos que van rapidísimo. No sé qué tiene Mallorca, pero el nivel es muy grande. Muchísimos pilotos de fuera deciden, incluso, venir aquí a entrenar y se dan cuenta de que son capaces de alcanzar los objetivos que tienen fijados”.

Este domingo, Tapia estará muy pendiente de la carrera en la que Augusto Fernández se juega el Mundial en Cheste. Como buen compañera de faenas, confía plenamente en sus posibilidades de alzar el título: “Augusto es un piloto muy fuerte, competitivo y muy trabajador. Lo veo muy preparado para ganar en Cheste. Esa ventaja que tiene, con respecto al segundo, es un aliciente y creo que tiene las cosas muy de cara para que le vaya bien”.