A dos meses para su debut en el Mundial de Catar (se estrenará el 23 de noviembre ante Costa Rica), España exhibió su peor imagen. Desconectada, frágil y sin chispa, la selección de Luis Enrique sucumbió este sábado ante Suiza en la penúltima cita de su grupo de la Liga de las Naciones (1-2). El retorno a Zaragoza 19 años después fue desgraciado y la Roja deberá ganar el próximo martes en Portugal si quiere estar en la final four de la Liga de las Naciones de junio de 2023. 

Había advertido Luis Enrique en la previa de que el equipo debía vivir del presente. Es fácil decirlo, pero con el Mundial tan cerca todos los pensamientos conducen a esa cita. La Liga de las Naciones, además, es una competición extraña que aparece y desaparece sin demasiada lógica. Es cierto que se gana interés respecto a los amistosos del pasado, pero con el paso del tiempo ha pasado de ser una novedad atractiva a un trámite más bien molesto. 

Seis azulgranas

Apostó de entrada Luis Enrique por un once con aglomeración culé. Seis azulgranas había en la convocatoria del seleccionador y ni uno se quedó en el banquillo. Pleno del Barça en la alineación con Eric García y Jordi Alba en defensa; el tridente Busquets-Gavi-Pedri en el centro del campo por primera vez de inicio en la selección; y Ferran Torres en el ataque por la derecha. Arriba, Asensio, el único madridista en el once, se convirtió en la referencia como falso nueve, dejando a Morata en el banquillo. 

No funcionó el plan del asturiano. Ni siquiera lanzó a puerta la Roja en una primera parte en la que solo brilló en la posesión (75%). Sin profundidad y demasiado previsible, la selección se quedó sin presencia en el área, mientras su rival se limitaba a explotar un recurso arcaico que le acabó dando dividendos: balones al área en busca de la superioridad por las alturas.

Embolo avisó por primera vez con un cabezazo alto (m. 11) y diez minutos después llegó el tanto suizo con un testarazo picado de Akanki, que se adelantó a Azpilicueta y Pau Torres. Tampoco estuvo excesivamente inspirado Unai Simón. El meta del Athletic, sin embargo, evitó el segundo gol visitante tras una preciosa jugada de Shaqiri, el jugador más talentoso del combinado centroeuropeo. 

Alba empata

Ubicada en el 16º puesto del ranking FIFA, Suiza llegaba a La Romareda con su triunfo ante Portugal como último éxito. Luis Enrique ya había avisado del peligro de un bloque combativo, que ya puso en muchos apuros a España durante la pasada Eurocopa, en la que pasó a semifinales en los penaltis. Más lejano queda aquel recuerdo del 2010, cuando Suiza batió a España en el estreno de un Mundial que acabaría conquistando la Roja. 

Con triunfo suizo en Zaragoza y victoria lusa en Praga, el panorama no era demasiado alentador en el descanso. Parecía necesario mover el árbol y tocar las teclas adecuadas, pero Lucho mantuvo la confianza en su once y Jordi Alba puso las tablas al culminar una notable acción de Asensio (m. 55). El lateral azulgrana y el delantero del Madrid, dos habituales suplentes en sus clubs, celebraron a lo grande el tanto. 

Autogol de Eric

Lejos de aclararse el panorama para la selección, fue Suiza la que volvió a golpear con su fórmula de siempre. Un nuevo córner con las torres Akanji y Embolo terminó con un autogol de Eric García (m. 58). Demasiadas indecisiones en una defensa que no intimida a nadie.

Ese gol sí activó a Luis Enrique, que fulminó a los tres atacantes para dar entrada a Yeremi Pino y los debutantes Borja Iglesias y Nico Williams. Un gris Pedri también fue sustituido, pero nada mejoró. España siguió encallada mientras Portugal se paseó en Praga.