Las selecciones de Bélgica, con sus estrellas Vout van Aert y Remco Evenepoel, y Francia, un grupo sólido y compacto liderado por vigente campeón Julian Alaphilippe, se perfilan las grandes favoritas en la prueba en línea de los Mundiales de Ciclismo de Wollongong (Australia), una carrera que España quiere dinamitar con el catalán Marc Soler.

Soler es una de las dos bazas del equipo que dirige Pascual Momparler, que quiere que se resguarde hasta esprint final, si se produce, el asturiano Iván García Cortina.

No son, no obstante, demasiadas las opciones las que tiene de medalla una España con gran historial en la carrera pero mermada como consecuencia de la negativa de los equipos de ceder a sus corredores inmersos, como están, en la pelea por los puntos UCI que pueden valer una permanencia o un título.

Las miradas están puestas en dos selecciones potentes, Bélgica y Francia. Especialmente en la belga, cuya virtud puede ser, como en 2021 en Flandes, su gran debilidad. La de tener dos grandes líderes pero también la de que sean Van Aert y Evenepoel, que el año pasado en casa no casaron.

Esta vez parecen más que dispuestos a olvidar aquellos errores y si lo consiguen serán temibles. Remco, recién llegado de ganar la Vuelta a España, en un ataque de lejos, y Vout, con la consideración del ciclista más completo del mundo, en cualquier escenario.

A Francia la lidera el brillante campeón del mundo en las dos últimas ediciones, pero quizás Alaphilippe, que se cayó en la Vuelta, no sea el más fuerte de un grupo también con Christophe Laporte, Florian Senechal, Benoit Cosnefroy, Pavel Sivakov, Valentin Madouas y Romain Bardet.

Junto a esos dos potentes equipos, aparecen en los pronósticos otros solistas. Dos corredores capaces de lo mejor, de cualquier hazaña. Porque nadie en el pelotón puede estar tranquilo cuando se encuentran de por medio el esloveno Tadej Pogacar, aún el mejor del mundo a pesar de su derrota en el último Tour frente al ausente danés Jonas Vingegaard, y el neerlandés Mathieu van der Poel, el dinamitador por excelencia de cualquier gran carrera en la que participe.

Las ruedas de Pogacar y Van der Poel, y también la de Evenepoel, serán las que vigile o con las se alíe Soler, excelente en la Vuelta en etapas que, como el Mundial, se corrían como si fuesen clásicas,

270 kilómetros por la ciudad de Wollongong

La Australia de Michael Matthews, la Gran Bretaña de Ethan Hayter o la Dinamarca de Magnus Cort-Nielsen aparecen en una segunda línea de favoritismo por delante de selecciones más clásicas como la española, la italiana (Bettiol, Trentin, Bagioli) o la colombiana (Quintana, Higuita, Molano), la alemana o la estadounidense (Powless).

Más que de ellas se espera del eritreo Biniam Girmay, uno de los grandes nombres de la temporada 2022, el portugués Joao Almedia, de menos a más en la Vuelta, el noruego Tobias Foss y el suizo Stefan Küng. De estos dos últimos tras la crono del pasado domingo, en la que fueron oro y plata por delante de Evenepoel. Lo que demuestra que andan, y mucho.

A todos ellos les esperan 270 kilómetros, de los que más de 200 serán por el circuito urbano, enrevesado y técnico, por la ciudad de Wollongong, cercana a Sídney, en el estado de Nueva Gales del Sur. Un circuito de 17 kilómetros al que tendrán que dar doce vueltas y que tiene como dificultad principal el muro del Mount Pleasant (1.100 metros al 7.7 por ciento de desnivel y tramos hasta el 17%), con la cima a 7 km. del paso por meta.

Antes de entrar al circuito los corredores deberán superar un alto de más entidad, el Mount Keira (Km 41,9; 8,7 km. al 5 por ciento y rampas de hasta el 15%), aunque con la cima aún en el kilómetro 41,9 de carrera. Es decir, a casi 230 km. de meta. Por lo que no se espera mucho de esa ascensión. La decisiva, se presume, será la de Pleasant.