El fútbol femenino había marcado el 10 de septiembre como un día histórico. Comenzaba la primera liga profesional y había muchas expectativas para una competición que prometía cambios y que, finalmente, inicia con la misma incertidumbre de siempre. La Liga Profesional de Fútbol Femenino (LFPP) no contemplaba al colectivo arbitral como profesional. Y se han plantado. La primera jornada está en el aire.
La denuncia de las árbitras inició a principios de septiembre con una rueda de prensa. “Si queremos una liga profesional, es importante que las árbitras tengan contrato. Somos el único estamento que no lo tiene”, aseguraron Guadalupe Porras, Yolanda Parga y Marta Huerta, en representación del colectivo arbitral. “Ese pequeño salto de calidad es lo que hace falta para pedir exclusividad. ¿Por 160 euros por partido, alguien puede dejar un trabajo?”, reclamaron.
Una semana después, su situación seguía inmóvil. Y, a menos de dos días del comienzo de la liga, anunciaron en un comunicado que no dirigirían los partidos sin ser profesionales. “Deseamos comunicar nuestra decisión de no dirigir ningún encuentro en las condiciones actuales de indefinición de nuestra situación laboral y económica”, avisaron.
Una guerra incesable
Tras el comunicado del colectivo arbitral, la LPFF culpó directamente a Rubiales: “La profesionalización del deporte femenino vuelve a vivir un nuevo episodio de bochorno, nuevamente liderado por el Presidente de la RFEF, Luis Rubiales, que vuelve a utilizar a la mujer como ariete para destruir el fútbol femenino español e impedir que el fútbol profesional femenino crezca de la manera que lo está haciendo”, afirmaron. Según informaron desde la competición, ambos organismos ya estaban discutiendo las nuevas condiciones económicas de las árbitras, pero la federación no respondió a la última propuesta.
La RFEF destinaba al arbitraje 3300 euros por partido. Pero 2598 eran para los desplazamientos, manutención y ropa, lo que dejaba 300 euros a la árbitra, 160 a las asistentes y 80 a la cuarta colegiada. La nueva propuesta recogía que los 3300 euros actuales fueran destinados únicamente al colectivo arbitral. Esto supondría pasar de 300 euros a 1650 y de 160 a 825. No contemplan, sin embargo, las condiciones de la cuarta árbitra ni un contrato, que es primordial para asegurarse un mínimo de derechos que ahora no tienen, como cotización o baja laboral.
La propuesta actual de la RFEF es destinar cinco millones al arbitraje por temporada, 21.000 euros por partido y 315.000 por equipo. Pero, de nuevo, reina la incertidumbre. Se desconoce qué parte de la inversión va directa al colectivo arbitral y cuál a gestionar los gastos. Además, no se aplicarían pronto esos cinco millones, si no que el presupuesto actual iría aumentándose paulatinamente.
Ante la falta de acuerdo entre los dos organismos responsables, ha intervenido el CSD. “Van a contar con todo el respaldo para mejorar sus condiciones actuales, aumentar su salario y ser reconocidas profesionalmente. El Consejo celebrará reuniones entre las partes desde la próxima semana para impulsar una negociación que cumpla esos objetivos”, anunciaron. Sin embargo, no hay nada claro a escasas horas del inicio de la competición. Y será decisión de las árbitras si confían en estas reuniones y se presentan al partido, o no consideran que sea suficiente garantía para dirigir la primera jornada.
La nueva competición, la Liga F, ya no la dirige la federación pero sigue siendo la encargada de dictar las normas reguladoras. Y la liga profesional y la RFEF siguen teniendo que llegar a acuerdos para varias decisiones. Y no es la primera vez que tiene que intervenir el CSD. Ya lo ha hecho este verano para pactar las extracomunitarias de la competición o para llegar a un acuerdo con el calendario.
Los cambios de la nueva liga
Por primera vez en la historia, todos los partidos de la liga estarán televisados. DAZN adquirió los derechos audiovisuales por 35 millones y cinco temporadas. Mediapro emitirá también un partido en abierto cada jornada, incrementando el acuerdo a 7,5 millones por campaña, lo que duplica los ingresos de los años anteriores. En esta primera jornada, si finalmente se disputa, todos los partidos se podrán seguir en abierto por YouTube.
Hay también cambios en el calendario. Una de las problemáticas de la temporada anterior es que se solapaban la mayoría de los partidos. DAZN tiene la posibilidad de mover encuentros al viernes y lunes ( a las 18h o a las 20h), y hay cinco franjas para los sábados y domingos.
Otro de los cambios más importantes es el acuerdo con La Liga por 42 millones. Serán los encargados de todos los patrocinios - naming, comercialización, balones-.Falta por pactar al otro patrocinador de la competición, que dará apellido a esta Liga F. También hay un acuerdo con Puma, que subministrará los balones, igual que sucede en la primera y segunda división masculina. De momento, no han llegado los balones y comenzarán con los de la Liga Santander.
Por último, otra distinción significativa es que el CSD aportará 18 millones a los clubes para infraestructuras deportivas, que repartirán según las particularidades de cada equipo. La pasada temporada, por ejemplo, el 25% de los ingresos fueron destinados a los que no tenían un club masculino detrás.
