Como ha sucedido a lo largo de este US Open, Rafa Nadal ha jugado ante el norteamericano Frances Tiafoe muy lejos de su mejor versión y lo ha pagado con la derrota (6/4, 4/6, 6/4, 6/3) en 3 horas y 32 minutos. La diferencia con el resto de partidos es que este lunes tenía delante a un rival de consideración que en un día inspirado, como lo tuvo, se veía capaz de derrotar al tenista con más títulos grandes de su historia. El tenista de Manacor ha llegado lejos de su mejor forma al último grande del año, con solo un partido desde que se tuviera que retirar de Wimbledon el pasado mes de julio por una rotura abdominal. Muy poco bagaje para afrontar un torneo de tanta exigencia y pese a que faltara su gran rival de siempre, Novak Djokovic.

Nadal afrontó el duelo ante un rival que se encontraba ante el partido de su vida, frente al jugador más laureado de la historia en los torneos de Grand Slam y en el escenario más imponente del circuito. Desde el primer momento demostró Nadal que no se sentía cómodo en la pista. Lento y falto de chispa, permitió que su rival, apoyado por su público, se le subiera a las barbas. Vaya si lo hizo. En el primer set le bastó romper el servicio de su rival en el séptimo juego para anotarse la manga (6/4).

Reaccionó Nadal en el segundo. Con un servicio fiable, supo aprovechar su ocasión, que llegó en el noveno juego. Tiafoe servía para mantenerse en el set, pero le pudo la presión. Cometió una doble falta letal y permitió a su ilustre rival anotarse el set e igualar el partido. Una hora y 46 minutos necesitó el mallorquín para sumar la primera manga, la mejor muestra de que no lo estaba pasando bien en la Arthur Ashe. Por su parte, Tiafoe cedía su primer set en el torneo.

El tercer set comenzó como el segundo, ganando Nadal su servicio en blanco. La mala noticia era que el norteamericano, que había perdido los dos partidos que ha jugado con Nadal, también se mostraba muy seguro con su servicio. Parecía escrito que el que perdiera su saque también sucumbiría en el set. Y, como en la primera manga, en el séptimo juego rompió la banca Tiafoe. Solo era cuestión de tiempo que se adjudicara el parcial. Y lo hizo con dos derechas paralelas increíbles y un ace. Hacía falta una gesta en forma de remontada. Iba Nadal al partido 40 de su carrera a cinco sets, con 26 victorias y 13 derrotas. Pero, lamentablemente, no hizo falta.

Era imprescindible la versión más agresiva de Nadal para darle la vuelta al partido. Pero su rival no le daba tregua, sobre todo apoyado en un servicio letal, muy fiable prácticamente todo el partido, con casi una veintena de saques directos. Pero en algún momento llega el error. Y el norteamericano lo cometió en el cuarto juego. De nuevo la esperanza y pensar en otra gran noche del manacorí. Pero la alegría duró muy poco porque en su siguiente turno de saque no supo Nadal confirmar el break, perjudicado por dos dobles faltas que llegaron en el peor momento. Vuelta a empezar. Tuvo de nuevo la oportunidad en el siguiente servicio de Tiafoe, pero desperdició dos pelotas de break. Empate a tres juegos y ya poco margen de error para el ganador de 22 grandes, que no podía permitirse más errores con su servicio. Pero no era su día. Del 3-1 se pasó al 4-3 para el norteamericano, que ya cogió la directa para lograr la victoria de su vida ante un Nadal que encajó su primera derrota este año en Grand Slam.