La victoria de Rafa Nadal en la primera ronda de Wimbledon ante el argentino Francisco Cerúndolo dejó, una vez más, un punto del tenista manacorí que provocó el asombro del público presente en la pista.

En el tercer set del encuentro Cerúndolo buscaba el 30-0 que le colocase con un 3-2 en juegos a su favor con su saque. Nadal se defendió de una serie de golpes comprometidos del argentino que obligaron al mallorquín a sacar su mejor revés y, cuando nadie se lo esperaba, realizó una dejada inalcanzable para su rival y apreciada por el público.

Ese set lo terminaría perdiendo Rafa Nadal, pero supo levantarse en el cuarto para imponerse por 6-4, 6-3, 3-6 y 6-4. El exnúmero 1 mundial estaba contento por la victoria y por ese esfuerzo físico que ha aguantado su pie izquierdo sobre la hierba. Sus problemas en el pie parecen controlados después de someterse antes de venir a Londres a dos sesiones de radiofrecuencia pulsada para mitigar ese dolor que le atormenta desde hace más de un año.

«Ha sido un partido difícil, pero era algo que esperaba, porque no he jugado en hierba en tres años y él ha jugado a un gran nivel durante mucho tiempo. Ha tenido un gran revés. Lo positivo es que he acabado el partido a un gran nivel. Ha sido un partido muy positivo para mí, pero hay mucho espacio para mejorar», explicó el manacorí en la rueda de prensa posterior al encuentro.