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Tenis

Nadal puede con Djokovic en otra gesta para el recuerdo

El mallorquín derrota al serbio en cuatro sets tras cuatro horas de partido y sigue en la lucha por su decimocuarto Roland Garros

Nadal celebra un punto ante Djokovic. MARTIN DIVISEK

Es la una y cuarto de la madrugada en París. Nadal sentencia con un revés a dos manos y suma otra victoria para el recuerdo en Roland Garros, la octava ante el serbio en París, el número uno y su auténtica bestia negra. 6/2, 4/6 6/2 y 7/6(4) es el resultado después de cuatro horas y doce minutos de un partido sublime, de los que quedan en la memoria. El mallorquín continúa así con su sueño de sumar su decimocuarto título en Roland Garros y el 22 grande de su carrera

Los trece títulos conseguidos por Nadal en Roland Garros no le confieren la condición de favorito cuando en el otro lado de la pista se encuentra un tal Djokovic, el único jugador que le había ganado dos veces en París. En su duelo 59, el más repetido de la historia del tenis y convertido ya en una de las más grandes rivalidades en la historia del deporte, el mallorquín afrontaba el partido con las dudas que le dejó su actuación ante Auger-Aliassime en octavos de final. Era el primero que sabía que para superar a su ilustre rival tendría que hacerlo mucho mejor y mejorar toda su gama de golpes, sobre todo su derecha y el servicio. La primera batalla la perdió en la tarde del lunes cuando, en contra de sus preferencias, la organización del torneo fijó el partido en horario nocturno, que perjudica las opciones de Nadal por la humedad y el bote más lento de la pelota. Pero eso no iba a ser excusa, ni antes ni después del partido. Toda esta parafernalia es historia y ruido a partes iguales. Porque cuando los dos jugadores están en pista, el resultado es el fruto de lo que hagan estos dos gladiadores del deporte. Y quien más hizo fue Nadal. Más y mejor. Mucho mejor.

Nadal tenía muy clara la táctica, sobre todo al principio del partido. Ser agresivo, que los puntos fueran cortos y hacer dudar a Djokovic. Funcionó a la perfección en el primer set. Su derecha, a diferencia que ante Auger-Aliassime, era profunda y su servicio efectivo. Empezó rompiendo en un primer juego que se prolongó diez minutos. El serbio fue a remolque todo el set. Volvió a perder su saque en el quinto juego y el primer parcial iba a llevar la firma del mallorquín. Pese a la claridad del marcador, 6-2, la primera manga duró 49 minutos, lo que da una idea de lo disputado de los puntos. Djokovic acababa de ceder el primer set en el torneo.

El primer juego del segundo set empezó igual que el inicial del partido. Nadal rompe el servicio de Djokovic a la séptima pelota de rotura, lo que se traduce en trece minutos de dura lucha. El rostro del balcánico era lo más parecido a preguntarse qué está pasando aquí. Que Nadal se encontraba a gusto, en su salsa, lo demuestra que en su primer turno de servicio en este segundo parcial lo ganó en blanco. Las pelotas de Djokovic no le hacían daño al mallorquín e incluso fallaba bolas fáciles. El guion de la previa, en el que el claro favorito era el número uno, estaba dando un giro de 180 grados. Poca broma cuando Nadal está en pista, y más en la Philippe Chatrier. El festival no paraba y nueva rotura en el tercer juego. 3-0. Ver para creer. Djokovic se limitaba a sobrevivir.

Pero a un campeón como el balcánico nunca hay que subestimarle. Rompió por primera vez el servicio de Nadal y, a continuación, conservó el suyo. Del 3-0 al 3-2. El partido estaba en un momento clave. Era vital conservar el servicio para mantener la ventaja, pero tras quince minutos, el juego se lo llevó Djokovic para igualar el set. El decorado había cambiado. La agresividad de Nadal ya no era la misma. Se mostraba más fallón de lo normal, y Djokovic le estaba dando la vuelta al complicado momento por el que estaba pasando. Ganó el cuarto consecutivo y por primera vez se ponía por delante en el set. Era obligatorio frenar la sangría, y el de Manacor lo consiguió, no sin sufrir, al igualar a cuatro. Se entraba en la hora de la verdad del set y, quién sabe, si del partido. Djokovic conservó su servicio y Nadal no logró hacer lo mismo con el suyo. Set para el serbio. Uno a uno en dos horas y cuarto de partido.

El duelo era un sube y baja. Dominador Nadal en el primer set, recuperado Djokovic en el segundo, el mallorquín resurgió en el tercero. Y de qué manera. Comenzó como los dos primeros. Rotura de Nadal y conserva en el siguiente. 2-0. Tras anotarse el serbio su servicio, llegaron tres de golpe para el isleño, para colocarse 5-1, que iba a resultar definitivo. 6-2 y otro set en el bote.

En un visto y no visto Djokovic se puso con tres juegos de ventaja en la cuarta manga. Pero Nadal reaccionó e igualó a cinco y forzó la muerte súbita. Que se llevó, y con ella el partido. El decimocuarto Roland Garros y el 22 título de Gand Slam todavía es posible.

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