La nómina de ciclistas españoles que han vestido de rosa es lujosa pero no inmesa y siempre dominada por dos corredores que ya son leyenda, los únicos que han conservado la prenda hasta el final, Miguel Induráin y Alberto Contador. Este jueves, Juanpe López cubrió su primer día entero luciendo la maglia 'entre un mar de esprinters en la despedida de Sicilia para adentrarse ahora en los territorios de la escarpada pero siempre bella tierra calabresa, en la punta de la bota de la península transalpina.

El Giro de Italia vive en modo andaluz, con la felicidad de un chaval de Lebrija que hasta ahora, según sus palabras, la mayor alegría deportiva se la había dado un Betis por el que vive entregado cuando ganó hace unas semanas la Copa ante el Valencia. Y aunque sigue admirado por lo que haga su equipo de fútbol, a partir de ahora su mejor recuerdo deportivo pasará por el día en el que se vistió de rosa en la cima del Etna, para tratar de defender la prenda al menos hasta que el domingo lleve el azote del Blockhaus, un monte excesivo para él aunque Juanpe sea un afinado escalador, el mismo que corrió en Sicilia como un jefe, rodeado y protegido por sus compañeros del Trek, el equipo que le sugiere que hable en inglés en sus declaraciones como líder del Giro, aunque tenga delante a un comunicador de su misma nacionalidad.

Los elegidos

Induráin, Contador, Fuente, Julio Jiménez, Galdos, Purito, Pérez Francés (tan querido y admirado), Poblet, David Arroyo, Antonio Suárez, Gómez del Moral (andaluz como Juanpe), Botella, Olano, Quique Gutiérrez, Juan Carlos Domínguez e Intxausti han sido los únicos corredores españoles que han estado al menos un día vestido de rosa desde la creación de la prueba italiana en 1909.

En 2015, cuando Contador ganó el Giro y desde entonces ningún otro español se había vestido de rosa hasta el martes, Juanpe todavía no tenía decidido ser un un profesional del pedal, tenía que crecer, ganarse primero una plaza precisamente en los equipos de formación del astro dePinto y hacerse profesional luciendo la publicidad del Trek, la escuadra donde el corredor madrileño se retiró en 2017, en Madrid, y el día después de conseguir la victoria nada menos que en el Angliru.

Juanpe llegó de líder a Messina, la ciudad que vio nacer y crecer a Vincenzo Nibali, el 'Tiburón del Estrecho', y donde se impuso el francés Arnaud Démare en un esprint anunciado, con especialistas como Mark Cavendish y Cabel Ewan eliminados en la única montaña que había en el camino, sin que el esfuerzo de sus compañeros de equipo les sirviera para enlazar. En un Giro tan montañoso, los velocistas que no sean hábiles con la montaña lo tendrán muy complicado, porque tan poco son tantas las oportunidades y porque cualquier día pueden llegar a la meta con el control cerrado.

La victoria 85 de Démare

Démare, con la victoria lograda en la casa de Nibali, alcanzó la victoria número 85 de su carrera profesional, en una Italia donde sus piernas se iluminan con la luz del triunfo como en ningún otro lado. El Giro del ciclista francés de 2020 fue fantástico. Nadie le tosía en los esprints y, precisamente, la única gran clásica que tiene anotada en su palmarés es la Milán-San Remo que conquistó en 2016. Si Cavendish vuelve a descolgarse será difícil encontrarle un rival que pueda noquearlo en llegadas masivas.

Y este jueves puede haber otra nueva oportunidad para los 'locos del esprint', a través de la costa calabresa y si no hay contratiempos con Juanpe López luciendo "el sueño", tal como afirmó al acabar la quinta etapa, de llevar la 'maglia rosa'.