En cinco minutos, el Liverpool volvió a ser quien es. En cinco minutos de la segunda mitad enterró la esperanza e ilusión despertada por un monumental Villarreal, que se desplomó con estrépito después de remontar el 0-2 de Anfield con una primera mitad soberbia. Inolvidable por mucho que Fabinho y Luis Díaz devolvieran la calma a Jürgen Klopp tras unos minutos angustiosos antes de que Mané diera la vuelta a una noche que arrancó de manera extraordinaria para el equipo de Emery. Aunque terminó con una frustración, dominados los jugadores del Villarreal por la impotencia como se vio el tanto del triunfo inglés de Mané. 

Y eso que el Villarreal completó una primera mitad majestuosa. No solo porque igualó la derrota de Anfield gracias a los goles de Boulaye Dia y Coquelin. Con ser valioso, que lo era, y mucho, teniendo en cuenta la dificultad del rival y del reto al que se asomaba, no fue lo verdaderamente trascendente.

Minimizó de tal manera al equipo de Jürgen Klopp que no sabía ni donde estaba. Hasta Van Dijk, un tipo con oficio, perdió los nervios porque los laterales que le acompañaban (Robertson en la izquierda y Alexander-Arnold en la derecha) quedaron petrificados. Alisson, uno de los mejores porteros del mundo, parecía uno del montón. 

Y todo, absolutamente todo, pertenecía al patrimonio construido por Emery en esos 45 minutos que se colaron en la memoria del aficionado del Villarreal, incluyendo, por supuesto, a cualquier seguidor del fútbol. Que no fuera red, claro. Terminada la primera mitad, con un soberbio ejercicio defensivo de Raúl Albiol, quien cumple 37 años en diciembre, pero tiene un vigor juvenil explosivo combinado con una sabiduría acumulada que le permitió ganar un sprint de largo recorrido a Diogo Jota.

Le quitó el Villarreal primero la pelota al Liverpool, al que dejó sin disparar ni una sola vez a puerta en esa primera parte. Lo desfiguró hasta hacerlo irreconocible porque le ganó la posesión y le ganó, además, todos los duelos individuales, firmando, al mismo tiempo, un ejercicio lleno de efectividad. Dos remates a puertas, dos goles del ‘submarino amarillo’.

Y en ambos teniendo a Capoue, un supuesto medio centro defensivo, aunque parecía ser un interior de ida y vuelta, como gran protagonista. Generoso y preciso fue Capoue en el 1-0, castigando la endeblez de Robertson, dejando solo a Boulaye Dia para alumbrar el camino de la esperanza adelantándose a Van Dijk, que también se veía frágil. Generoso y preciso fue también Capoue en el 2-0, hurgando en la herida del lateral zurdo, al que dribló con una acción llena de magia antes de otear la figura de Coquelin, que sobrevoló por encima de Alexander-Arnold, el otro lateral, el derecho, del Liverpool, con un cabezazo que acreditó que el fútbol, maravillosamente jugado, derriba montañas que parecen inalcanzables.

Emery diseñó un partido, que llegó a ser sublime. Klopp, entretanto, estaba aturdido. Como su Liverpool, desconectados los tres delanteros (no había conexión entre Salah, Diogo Jota y Mané), superado el centro del campo (Fabinho y Thiago veían pasar el balón cerca, pero casi nunca llegaban) y agujereada con estrépito su defensa hasta ser vulnerablemente terrenal. 

Y Luis Díaz cambió todo

Tocaba al técnico alemán intervenir con urgencia en el descanso porque se había despeñado su equipo, mientras Gerard Moreno, el delantero que cambió el rostro del Villarreal, ofrecía un hermoso libro repleto de compromiso. Aún saliendo de una lesión muscular como salía. Aún necesitando que los fisioterapeutas le sometieran a un vendaje compresivo fuerte. Aún cojo quería seguir. 

El panorama idílico desapareció en la segunda mitad cuando Klopp, con el único cambio de Luis Díaz por Diogo Jota, reencontró las constantes vitales que había perdido el Liverpool. Alexander-Arnold y Robertson se disfrazaron de extremos, los delanteros tenían mucha más movilidad, pisando con la asiduidad que les caracteriza el área de Rulli. El partido ya era suyo.

Monopolizaba la pelota, movía de lado a lado al ya cansado Villarreal que no llegaba a tiempo de ajustar sus automatismos defensivos. El gol era cuestión de minutos porque se adivinaban grietas en torno al meta argentino, retratado en el gol de Fabinho que silenció el Estadio de la Cerámica.

Antes de ese 2-1, Arnold, con un par de apariciones incluyendo un tiro que repelió el larguero, emitieron señales de optimismo para Klopp. Eran momentos de sufrimiento para el Villarreal, que no podía descodificar el peligro que suponía el colombiano Luis Díaz. Apareció él y el Liverpool volvió a ser el Liverpool para desgracia del equipo de Emery, dolorido porque las piernas de Rulli fueron invisibles en los dos tantos ingleses. 

En cinco minutos, la pelota, burlona ella, se coló fácilmente esquivando las extremidades del portero argentino, abriendo así el pase a la final del Liverpool. Faltó, sin embargo, la acción de Mané en el 2-3 donde Rulli salió tarde y mal revelando el nerviosismo que exhibió con una factura demoledora para el Villarreal. Compitió durante la primera mitad y con energía, pero luego se desplomó. El Liverpool espera ahora rival para la final de París: Madrid o City.

La ficha del Villarreal-Liverpool (2-3)

Villarreal: Rulli (3) Foyth (5), Albiol (6) Pau Torres (4), Estupiñán ( ), Parejo (5), Capoué (7), Coquelín (7), Lo Celso (5), Gerard Moreno (5) y Boulaye Dia (6).

Entrenador: Unai Emery (6).

Cambios: Pedraza (5) por Coquelín (m. 68); Chukwueze (4) por Gerard Moreno (m. 68); Trigueros (s.c) por Estupiñán (m. 79); Aurier (s.c.) por Albiol (m. 79); Alcácer (s.c.) por Boulaye Dia (m. 79).

Liverpool: Alisson (4), Alexander Arnold (6), Konate (5), Van Dijk (5), Robertson (4), Fabinho (7), Thiago (6), Keita (6), Salah (5), Diogo Jota (4) y Mané (7).

Entrenador: Jürgen Klopp (7)

Cambios: Luis Díaz (9) por Diogo Jota (m. 46); Henderson (s.c.) por Keita (m. 79); Curtis Jones (s.c.) por Thiago (m. 79); Kostas Tsimikas (s.c.) por Robertson (m. 79) Milner (s.c) por Fabinho (m. 84)

Goles: 1-0, Boulaye Dia (m. 3); 2-0, Coquelin (m. 41); 2-1, Fabinho (m. 62); 2-2, Luis Díaz (m. 67); 2-3, Mané (m. 74)

Árbitro: Pol van Boekel (6), Países Bajos

Tarjetas amarillas: Capoue (m. 63 y m. 86); Alexander-Arnold (m. 77); Lo Celso (m. 81); Pau Torres (m. 85); 

Tarjeta roja: Capoue (m. 86)