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Fútbol

La nueva vida de Valerii, de Jersón a Marratxí

Un niño ucraniano de 11 años huye de la guerra junto a su madre y se habitúa a su nueva vida jugando a fútbol en el Sporting Sant Marçal

Valerii, en el centro, posa con sus compañeros del Sporting Sant Marçal. Miquel Bosch

Valerii, un niño ucraniano de 11 años, entrena con los alevines del Sporting Sant Marçal. Esto no sería noticia si no fuera por la situación del menor y su madre Viktoria, ya que son refugiados de la guerra que está sufriendo su país, que, como muchos de sus compatriotas, se han visto obligados a abandonar dejándolo todo, como el trabajo de profesora de inglés la madre y los estudios y amigos el menor.

«De momento entrena y se lo pasa bien. Es portero»

Bernat Rigo - Entrenador del Sp. Sant Marçal alevín

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Viktoria y Valerii proceden de la ciudad ucraniana de Jersón, ciudad de 290.000 habitantes ocupada ya por las tropas rusas, cerca de Odessa. Su llegada a Mallorca se produjo hace tres semanas a través de la frontera con Moldavia y, recogidos por una furgoneta de un grupo de voluntarios de la ONG Inca Solidaria, después de cinco días de trayecto por carretera llegaron a la isla desde Barcelona. Actualmente residen en Marratxí con una familia mallorquina de acogida, con la que han encontrado una nueva normalidad tras el mal trago que han pasado por la invasión a su país de Putin iniciada el pasado 24 de febrero.

Madre e hijo en el campo de fútbol de Sant Marçal. | M. BOSCH

La principal preocupación de la madre a su llegada a Mallorca era que su hijo pudiera continuar sus estudios. Lo está consiguiendo ya que los profesores de Valerii imparten clases online, algunos todavía desde su ciudad y otros desde lugares más seguros. Pero Viktoria, divorciada de Iván, el padre de su hijo que se encuentra luchando en Ucrania, que en principio llegó pensando que estaría una sola semana, notaba que Valerii echaba en falta algo primordial, convivir con niños de su edad. La familia de acogida se puso en contacto con el Sporting Sant Marçal, cuya directiva dio todas la facilidades para que el niño pudiera entrenar con uno de los equipos alevines del club, compuesto prácticamente a partes iguales por niños ingleses, siete, y españoles, ocho.

Entrena con uno de los equipos alevines del club, compuesto prácticamente a partes iguales por niños ingleses y españoles

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«Valerii se ha adaptado perfectamente al grupo», destaca su entrenador, Bernat Rigo, poco antes de comenzar el primero de los tres entrenamientos semanales. «La adaptación ha sido espectacular. Habla muy bien inglés y se entiende con todos. El equipo está al cien por cien con él», añade. Al tratarse de un extranjero de un país que no pertenece a la Unión Europea, no tiene licencia para competir. «De momento entrena y se lo pasa bien. Es portero».

Viktoria solo tiene palabras de agradecimiento tanto para la familia de acogida como con los responsables y entrenadores del club que preside Guillem Cañellas. A pesar de las circunstancias, asegura sentirse feliz al comprobar que su hijo se está integrando por medio del deporte a la vida de la localidad. Además de la adaptación de su hijo, lo que más desea es que acabe la invasión rusa a su país «para volver a tener una vida normal», cuenta la madre, que no se pierde un solo entrenamiento de su hijo.

Por su parte, el pequeño, con la timidez propia de su edad, alaba el trato que recibe tanto de sus nuevos amigos y compañeros como de los responsables del club.

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