Nadie cruzó anoche el río Meno para sentarse en el Camp Nou. Y, la verdad, muy pocos fueron los que antes del partido se concentraron frente a la puerta 15 para protestar y mostrar el tremendo enojo por la invasión alemana de la pasada semana. Mucho ruido, sobre todo cuando TV3 conectaba sus cámaras, y casi más periodistas que manifestantes. Joan Laporta dará este martes explicaciones por el lío de las entradas de la Europa League. Pero lo hará sin la preocupación de haber visto a miles de barcelonistas pidiendo su dimisión por lo sucedido el jueves ante el Eintracht de Frankfurt.

El Camp Nou recuperó su esencia, la de toda la vida, la del campo que presenta una entrada correcta (57.495 espectadores) pero que no se llena porque los lunes son para ponerse al sol, si hace bueno como sucedió, para despedir las fiestas de Semana Santa, pero no para estar pendiente del reloj y de que a las 9 de la noche hay partido del Barça con los niños malhumorados porque al día siguiente hay que levantarse temprano para volver a la escuela tras las vacaciones.

La grada de animación vacía del Camp Nou durante el Barça-Cádiz. JORDI COTRINA

De hecho, si hubo críticas, si hubo debate, todo se acabó, como dicta la tradición, cuando el balón comenzó a rodar sobre el césped del Camp Nou. Porque este lunes sí hubo seguidores rivales, los que vestían de amarillo en vez de blanco, pero lejos de la cifra exagerada, de esos más de 25.000 seguidores alemanes que mostraron la fe hacia su equipo viajando a Barcelona, cuando otros equipos nunca se mueven en esas cifras y menos en unos cuartos de final de la segunda competición continental. Este lunes, solo hubo 250 seguidores gaditanos, los que cantaban aquello de "amarillo se pinta la cara" para entrar al Camp Nou y tratar de disfrutar con un equipo que no se rinde para evitar el descenso.

Huelga de animación

Y si no hubo más de 57.495 espectadores fue por la huelga convocada por la grada de animación que decidió no acudir a la zona habitual del gol norte del Camp Nou en protesta por lo ocurrido el jueves en la invasión alemana. Hubo contactos de la directiva para ver si los jóvenes animadores cambiaban de opinión. Pero no, el vacío de esa zona del estadio recordó las imágenes del Camp Nou cuando se jugaba a puerta cerrada a consecuencia de la pandemia.

Y este martes, el presidente Laporta expondrá a las 12 de la mañana (Esport3 y Canal Barça) las conclusiones de la rápida investigación abierta para esclarecer qué había pasado y cómo habían conseguido tantas entradas los seguidores del Eintracht. Según adelantó este lunes el diario 'Sport' la directiva ha estimado que al menos 10.000 de esas localidades llegaron a manos de los hinchas alemanes a través de los socios que las situaron en los canales habituales de venta de entradas a través de internet.

La grada, con muchas localidades vacías, en el Barça-Cádiz. JORDI COTRINA

Falta por saber cómo consiguieron el resto de localidades y falta también por confirmar la que parece primera iniciativa de la directiva azulgrana para futuras citas internacionales y que pasa porque las entradas vendidas sean nominativas.