Prometo que a veinte minutos del final había previsto titular este artículo con un ‘empate rico, rico’ añadiendo que no se trataba de un alegato en favor del archifamoso cocinero vasco, Arguiñano, sino como reconocimiento al portero mallorquinista tras su doble parada en el penalti a favor del Getafe. Pero se me vino abajo idea tan simple cuando minutos después Borja Mayoral marcaba el gol que le daba el triunfo al Getafe.
Un penalti con expulsión de Russo y doble parada de Sergio Rico; tangana entre jugadores resuelta por Mateu Lahoz con cuatro tarjetas amarillas de una tacada; ovación para un ex que vuelve a su anterior casa, Ángel Rodríguez.
Si metemos todo eso en una coctelera nos sale algo así como ‘partido por la permanencia en lucha directa entres dos candidatos’. Dicho esto, el debut de Javier Aguirre se salda con muchos cambios en el once titular, más intención defensiva que atacante, cambios desesperados tras encajar el gol porque el empate se daba por bueno en un alarde de conformismo. Con todo ello, el resultado en Getafe significa la séptima derrota consecutiva de un equipo que, de momento, no presenta soluciones ni remedios y que ya considera cada partido como un drama basado en su pobre rendimiento y sus horribles resultados.
