El deporte mallorquín recibió este martes con tristeza el fallecimiento de Tolo Quetglas, a los 62 años. Un adiós que se conoció este lunes por la noche y que cogió por sorpresa a todos los que le conocían. Las redes sociales se llenaron de mensajes de ánimo para su familia y amigos.
Nacido en Bunyola en septiembre de 1959, Tolo Quetglas Riera se dio a conocer en el mundo del deporte a través de su faceta de alpinista. Disciplina que compaginó con su pasión por el ciclismo, en sus inicios a través del mountain-bike (BTT).
Desde mediados de los 70 y durante la década de los 80, fue añadiendo dificultad y experiencia en sus escaladas. Realizó o abrió vías en la Serra de Tramuntana, los Pirineos, los Picos de Europa o los Alpes –las vertientes suiza, italiana y francesa–. Su espíritu aventurero le llevó a organizar expediciones a las cordilleras Blanca (Perú), Real (Bolivia) o Lípez (Chile). En Asia vivió tres expediciones al Himalaya, una al Pamir y se convirtió en el primer mallorquín en subir un ochomil, el Cho Oyu (8.201 metros).
En los libros de la historia del deporte balear también quedará su participación en la expedición al Everest (8.848 metros). El ya fallecido Tolo Calafat (en 2010, en una expedición al Annapurna con Juanito Oiarzabal) y Juan Antonio Olivieri hoyaron en 2006, en su segundo intento, la cima más alta del mundo en el denominado proyecto ‘Mallorca a Dalt de Tot’.
Esas mismas ganas de aventura las trasladó a las dos ruedas por la India, Sri Lanka, Nepal, Borneo, el desierto del Kalahari o el río Zambeze. Esas travesías no colmaron su espíritu competitivo, que le llevaron a ser campeón de Balears de mountain-bike y luego ser una destacada figura de la categoría master, participando tanto en pruebas locales como nacionales e internacionales. En Mallorca, entre otras carreras, destacó su doblete en la ya clásica Pla de Mallorca (solo dos ciclistas han ganado el Pla Petit y el Pla Gran).
Quienes le conocían han destacado de Tolo Quetglas, más que su lado deportivo, su aspecto humano. Todos le recuerdan como «un caballero sobre la bici» y que «siempre s e portaba con una educación extrema». «Muy correcto, nunca tuvo un incidente», insisten en referencia a un corredor «que se cuidaba mucho en el aspecto físico» y que ha dejado huella tanto en el mundo del ciclismo balear como en el del alpinismo.
